【A ​| N】||ᴊᴀᴇᴍʀᴇɴ||

Capítulo 19

Jaehyun entró en el bar del hotel, fue fácil averiguar a donde se había ido Jaemin, le asombraba que no hubiera salido del país, pero eso le daba esperanzas de que podía solucionar las cosas, la había cagado a lo grande, Renjun estaba sufriendo y no era más que responsabilidad de Jaehyun.

Jaemin no lo miró mientras tomaba asiento a un lado de él, pero Jaehyun supo que se dio cuenta de su presencia al verlo apretar los puños sobre la barra.

—Disculpa —susurró Jaehyun. —Se que una disculpa no será suficiente, pero, amigo...

—¿Pero...? —preguntó Jaemin con voz seria.

—Déjalo tranquilo —el cantinero le arrimo una cerveza a Jaehyun, pero él no bebió, necesitaba estar sobrio para esto. —Destruye mi empresa si quieres, te hare frente en esta batalla, pero a Renjun... él no merece esto.

—Y si no lo hago.

—Voy a protegerlo —dijo con convicción, Jaemin se levantó molesto. —Tengo que hacerlo —Jaehyun no permitiría que Renjun recibiera más daño, Renjun no merecía estar en el fuego cruzado entre Jaemin y él.

—Prepárate para lo que sigue —sentenció Jaemin dándole la espalda.

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Renjun entró en el hotel, necesitaba hablar con Jaemin, no contestaba sus llamadas y sus mensajes, en un principio decidió dejar las cosas como estaban y darle tiempo al tiempo, pero ya había pasado por esto, con Jaehyun no había resultado bien, y no quería correr el mismo riesgo con Jaemin, además por lo que sabía, nada ataba a Jaemin a la ciudad, bien podría salir de Nueva York en cualquier vuelo.

Se acercó al vestíbulo para preguntar por la habitación de Na Jaemin, pero no fue necesario, una voz dura a su espalda llamo su atención.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Jaemin. —No te quedo claro que no quiero verte.

—Hablemos, por favor —Renjun trataba de tragar el nudo en la garganta. —Crees que después de lo que vivimos ¿Yo simplemente me arrojaría a brazos de otro hombre?

—Eso no lo sé, Jaehyun ni siquiera sabe toda la verdad ¿Por qué debería de confiar en tu palabra? —en la mirada de Jaemin no lograba distinguir nada, solo vacío. Él estaba siendo tan frio. —¿Quieres escuchar que regresare contigo? —Jaemin rio. —Solo me utilizaste.

—¿Por qué estás diciendo eso? Yo jamás te utilicé Jaemin...

—Ahora se me cayó la venda de los ojos, puedo ver las cosas con claridad, no me engañaras de nuevo, admito que fuiste un buen actor.

—Yo no mentía... yo... —a Renjun le picaban los ojos por las lágrimas contenidas.

—No importa ya —interrumpió Jaemin. —Por mi puedes irte a revolcar con Jaehyun, Mark y Jeno al mismo tiempo, para lo que me importa, juega con ellos también —Renjun apretó las manos en puños. —Sería una interesante venganza ¿No crees? Los cuatro jinetes del Apocalipsis destripándose los unos a los otros por el amor de un hombre — Jaemin rio.

—No digas eso Jaemin —dijo con voz entre cortada. —Lo nuestro fue...

—Una pesadilla que quiero olvidar —Las palabras de Jaemin atravesaron su corazón como ninguna otra cosa. ¡Dios! Estaba tan cansado, sentía como si hubiera estado horas peleado contra las olas, no podía más. ¿Valía la pena? Las personas pasaban a su lado y los miraban curiosos, casi se había olvidado donde estaban, ese era el problema, que muy seguido olvidaba quien era y de donde venía. La felicidad no se hizo para él. Una solitaria lagrima bajo por su mejilla, Renjun la limpió con el dorso de la mano. Sonrió amargamente

—Estás siendo muy cruel —dijo Renjun sin aliento, no podía ni hablar. —Tu no eres así.

—No —dijo Jaemin seriamente. —Siempre he sido así, solo que a veces fingía —¡Cielos! Renjun no podía más con esto, intentó llevar aire a sus pulmones y trataba de controlar el temblor de su cuerpo.

—Ya me voy —anunció con voz temblorosa, quería correr, odiar a Jaemin, maldecirlo, pero no podía a pesar de que esta era la despedida, podía odiarlo, pero jamás lo lograría, fuera como fuera, no le deseaba ningún mal. —Cuídate Mucho.

—No te preocupes por mi —dijo Jaemin sin mirarlo, caminó hacia los ascensores, un hombre lo esperaba ahí, le sonrió cuando Jaemin se acercó, Renjun tenía que irse, apartar la vista, pero no podía, a su alrededor pasaban personas, pero Renjun solo podía escuchar los fragmentos de su corazón caer como vidrios rotos en una habitación vacía. Cuando Jaemin se inclinó hacia el hombre, supo lo que sucedería... él iba a....

—Hay que irnos —Jaehyun le obstruyó la vista. Ni siquiera se había dado cuenta de que Jaehyun había estado ahí. Aun así, el daño estaba hecho. Lagrimas picaron sus ojos, pero él no lloraría. Dejo que Jaehyun lo estrechara en sus brazos y lo alejara de ahí.