Kobeni's weird adventure

capitulo dos. The World

Kobeni despertó con un ruido fuerte en su habitación, era de madrugada y no podía ver nada, trato de buscar el encendedor de su lámpara solo para tocar con la mano una mesa plástica vacía, la lámpara se había caído al suelo, por suerte no se había roto, no tenía dinero para comprar otra, extendió la mano para agarrarla solo para sentir ahora una mano fría sujetando la lámpara, ella empezó a gritar de forma aterrada mientras se empujaba y tiraba patadas como si su vida dependiera de ello, se cayó de la cama, golpeándose la cabeza mientras seguía retrocediendo y gritando.

— ¡Voy a morir! ¡Voy a morir!— gritaba y pateaba mientras estaba pegada a la pared llorando de miedo, la luz de la habitación se encendió sola, mostrando un Za Warudo parado junto a la cama con la lámpara entre sus manos, mirando fijamente a Kobeni de forma tétrica y prácticamente decepcionada.

"Que patética" escucho la voz del demonio del tiempo resonando en su cabeza, lo cual la asustó aún más, podía jurar que iba a orinarse encima a ese paso, el cuerpo físico de Za Warudo desapareció, la lámpara estaba en la mesa, todo estaba ordenado, hasta la cama, entonces Kobeni se dió cuenta de que era hora de levantarse, las 5.a.m, suspiró mientras se tranquilizaba, caminando hacia el baño para ducharse y lavarse los dientes.

— ¿P-Puedes parar de mirarme así? Me... Me asustas— dijo mientras a través del espejo miraba a un Za Warudo encorvado con una mirada tétrica encima de Kobeni, levanto la vista para encontrarse y hacer contacto visual con la chica, no la dejaría de mirar extraño, y lo detallo con esos ojos que le puso —O... Okey—

Ella empezó a desabotonar su pijama esperando a que el ente saliera mientras ella lo hacia, pero no pareció moverse ni un centímetro, solo miraba fijamente sus movimientos.

— ¿Puedes...? ¿Puedes i-irte? No me gusta ducharme en compañía...— Dijo tratando de no ser grosera, a pesar de que el ser no podía ofenderse, este se le quedó viendo fijamente —No te irás... ¿Cierto? ¿E-Es porque no soy dominante? Ehm... ¡Fuera! ¡La-Largo!—

Za Warudo hizo un pequeño gesto aparente con la boca, era ¿Una sonrisa? ¿Se estaba burlando de Kobeni? Era lo que le faltaba.

— ¡No! ¡Vete de aquí! ¡Tú... E-es-Estúpido!— trato de empujarlo pero pareció que sus manos no podían tocarlo ¿Por qué? Ahora estaba enojada y frustrada — ¡Pudrete!—

Cerro la cortina de la ducha para que no la viera desnuda, era tan vergonzoso, incluso se le hacía asqueroso, parecía que la estaba vacilando o se quedaba por molestarla... Quizá ese ser era un pervertido... Después de todo era la personalización de un demonio ¿Dio podía ver lo que Za Warudo veía? Kobeni se puso roja de la vergüenza y los nervios, no podía creer que ahora tendría que ir al baño, bañarse y cambiarse delante de ese pervertido ser demoníaco.

Se ducho y se puso una toalla para salir del lugar, suspirando, escuchando detrás de ella la voz del demonio Dio.

— No estás nada mal... Muy flaca quizá, deberías comer más, pequeña tonta... Ah cierto, eres tan miserable que te cuesta hasta comer— dijo en un tono algo burlón, acababa de aparecer ahí, recostado a la pared de brazos cruzados, le dió un buen susto a Kobeni.

— ¡D-Dejame en paz! Se supone que n-no estaba en el contrato que me acoses— decía ella mientras se cubría con la larga toalla, cerrando de golpe la puerta de la habitación para dejar fuera tanto a Za Warudo cómo al propio Dio, no sé sintió observada, así que se cambió, se puso el uniforme y se peino como siempre lo hacía, ya no tenía paciencia suficiente para todo esto.

No tuvo tiempo de desayunar, así que se fue directo a la seguridad pública, o S.P para abreviar, debía hacer un informe sobre su contrato, aunque no sabía cómo colocar y llenar el registro sin revelar la identidad de su demonio, así que simplemente se dispuso a colocar como "anónimo" a su contratante, estaba muy nerviosa, ella podía ver claramente a Za Warudo, pero el resto parecía no verlo, algunos se volteaban a veces para asegurarse de que no hubiera nada ahí ya que, por el rabillo del ojo, podían ver una enorme silueta negra parada detrás de la joven Kobeni, quien parecía no darle absoluto interés a esto.