Capítulo cinco. Llanto callado

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— El demonio está oculto en alguna parte de este hotel, y no es del tipo del que ustedes están acostumbrados— habló con voz firme un pelinegro con un curioso peinado, una coleta recta hacia arriba, era muy extraña — El fragmento del demonio que tomamos está siendo atraído, eso significa que ese demonio se ha tragado otro fragmento —

«¿El demonio pistola? O-oh no... Volverá ¿V-Verdad?» pensaba Kobeni para sus adentros mientras se apegaba al costado de la camioneta, justo detrás de la señorita Himeno quien la había obligado a participar en dicha misión, no estaba dispuesta a hacerlo ni estaba de ánimo, además de que hacía varios días el demonio del tiempo no se presentaba ante ella. La tenía pensativa, no veía a Za Warudo por ningún lado, y no había querido llamarlo ya que al fin tenía tiempo para ducharse sin tener que sacarlo del baño, estaba tan sumida en sus pensamientos que no salió de ellos hasta que la señorita Himeno la agarro del cuello y se abrazo a ella, pegando su cara a la de Kobeni.

— ¡Las personas trabajan mejor cuando hay un premio! ¡¿Verdad Kobeni?!— pregunto en una sonrisa algo pícara.

— ¿Eh? S-Si— no sabía ni de que hablaba, pero parecía estar haciéndolo con el chico rubio, Denji, y la de cabello claro y cuernos, Power, no estaba segura pero ellos eran los que tenía delante, le daban una vibra muy rara, apenas los había visto pasar cuando iba a seguridad pública, jamás había trabajado con ellos. Por ahora ni siquiera estaba pendiente de su entorno, solo veía a Denji brincar y jadear como un perro loco mientras Arai le gritaba, no entendía porqué, era como si de repente nada le importara.

¿Sería porque había entregado parte de su humanidad? ¿Eso era lo que la tenía desubicada? Había empezado a preocuparse de nuevo.

— Ohh... ¿Qué haré? ¿Qué haré?— en ese momento sintió algo que recorría su espalda, unas uñas largas y una risa suave le cayó a los pies de su oído, su cara se puso roja y empezó a sudar frío mientras las caricias iban de arriba hasta abajo, volteandose violentamente para ver al demonio del tiempo — ¿E-Eh? ¿Qué haces? ¿Por qué estás aquí?—

Pregunto mientras se mordía la uña levemente, apenada y murmurando, no quería que sus compañeros supieran que hablaba "sola" o al menos eso creía, porque ya la estaban dejando atrás.

— Te voy a pedir algo... linda Kobeni... Si me traes los fragmentos del demonio pistola una vez que los hayan recogido todos, te daré más poder, sin costo— dijo este, haciendo una seña con sus dedos, como si hiciera un símbolo de paz.

— ¿Para que lo quieres?— interrogó Kobeni.

— Un demonio que toma los restos de otro se hace más fuerte, si logro tomar suficiente del bastardo pistola, podré volverme más poderoso, tanto como alguna de las putas jinetes— decía mientras frotaba sus manos cuál villano.

— E-Eh... N-no lo sé ¿Y si la señorita Makima lo descubre?— pregunto ella asustada.

— No lo hará, creeme, esa zorra no sabe nada— decía mientras ponía sus dedos en el mentón de Kobeni, viendo esa reacción de pánico y terror en su rostro, él era un apuesto demonio primordial, ella una pequeña inocente cazadora fácil de intimidar, acosarla sexualmente se le hacía realmente divertido, en especial por esas reacciones de vergüenza y miedo que mostraba, si bien no tenía ningún interés en ella el joderla era algo que de alguna manera lo excitaba, no de manera sexual, solo lo divertía por así decirlo.

— ¡¿Kobeni?! ¡¿Dónde estás?!— la voz de Arai la hizo volver en si, le dió la espalda a Dio, cortando su mentón con sus largas uñas al hacerlo, el demonio del tiempo miro el borde de sus garras ensangrentadas mientras veía a su contratante alejarse, sonrió de manera perversa y se lamió los dedos, sería divertido aprovecharse de esa pequeña tonta.

Cuando ella llegó, lo primero que sus ojos encontraron fue una cabeza humana con un pie y una mano pegados, dió un jadeo y un brinco hacia atrás cuando aquella cosa quiso ir en su contra, sacando de su chaqueta su cuchillo, cortando la cabeza en un movimiento rápido, Himeno se le había quedado viendo fijamente, apenas notar esto ella empezó a sudar y a balbusear asustada, recibiendo una caricia en la cabeza de parte de Himeno, suspirando con algo de alivio.

— ¡Oye! ¡Era mío! ¡Ya lo tenía!— le gritó Power, la poseída de la sangre a Kobeni, quien dió un pequeño quejido mientras retrocedía y batía las manos en un gesto de negación.

— P-perdoname, actué por instinto n-no me di cuenta de que tú le atacarías y...— Kobeni fue interrumpida allí por un cuchillo apuntando su rostro.

— ¿Atacar? ¿Qué harás si yo trato de atacarte ahora? Voy a matarte— cuando Power trato de lanzarse a ella, Kobeni se cubrió para protegerse, pero el ataque jamás llegó, Power estaba levitando en el aire mientras daba manotazos tratando de alcanzar algo, era el demonio del contrato de Himeno, ella suspiro mientras Power gritaba y Himeno hablaba, se sentía mareada, mirando a Aki por un segundo, viendo aquel casquillo que sostenía en sus dedos, el cual parecía brillar con especial particularidad a sus ojos.

Dio estaba controlando su mente... O algo así, era un efecto que tenía el contrato en ella. Kobeni ahora tenía sus ojos inconscientemente tentados a ver esos casquillos, y un deseo incomprensible de tenerlos, como una urraca cuando veía algo brillante, solo quería apropiarse de dicha cosa. Ella mecio su cabeza para volver a la realidad, estaban en el octavo piso.

— ¿Eh? ¿Octavo?— dijo Arai mientras miraba el letrero a un costado de ellos — acabamos de subir al noveno, pero... ¿Por qué seguimos en esta planta?—

— ¿De que hablas?— preguntaba Himeno, Aki también le cuestionó lo que acababa de decir.

— ¡Estoy seguro! Iré a ver— dijo mientras volvía a bajar, Kobeni desvió su atención durante solo 2 segundos, y cuando volvió a ver, estaba bajando las escaleras, venía de la planta de arriba.

— ¡¿Eh?!— Kobeni puso sus ojos en Arai, viendo su gesto de sorpresa, todos tenían la misma cara — ¿N-no acabas de... Bajar?—

Arai se quedó paralizado hasta que Himeno hablo, tocando el hombro de Kobeni.

— Kobeni, quedate quieta y haz un doble signo de paz— dijo ella con una sonrisa extraña, Kobeni obedeció, aunque extrañamente se sentía rara al respecto.

Mientras hacía dicho gesto sentía como algo parecía apoyarse contra su espalda, ella empezó a sudar ligeramente y a temblar asustada, Himeno apareció desde arriba, detrás de Arai.

— Oh, carajo— dijo ella, mirando a todos con una sonrisa, Kobeni empezó a jadear alterada apenas esto paso, estaban atrapados en ese lugar ahora, era aterrador — Aki ¿Qué demonios está pasando?—

— Debe ser la habilidad del demonio... Nos mantiene atrapados en este piso por alguna razón— Aki se separó de al lado de Kobeni y avanzo en dirección a un cuarto — Kobeni, quédate ahí—

Kobeni dudosa hizo caso de nuevo, estaba demasiado alterada, y cuando se dió cuenta Aki estaba detrás de ella, saliendo a través del otro cuarto a un costado del corredor, ella soltó un grito asustado, la tomo por sorpresa.

— Ninguna ventana da con el exterior, solo te lleva a otra habitación— Dijo un Denji bastante enojado, quien pateó el suelo con rabia.

— ¡Vamos a morir aquí encerrados! ¡Uwah!— grito Kobeni cómo la llorona que era, haciéndose una bola en el suelo aterrada... Una debilucha.

Fuera del edificio, en el callejón de al lado, un malicioso demonio absorbía por medio de sus dedos los intestinos, sangre y cerebro mientras bostezaba.

— Esa niña... Desde aquí oigo sus gritos— decía Dio mientras limpiaba sus dedos, ya había consumido varios demonios, su poder estaba regresando a lo que era antes, pronto volvería a sus andanzas. Él miro delante de él a Za Warudo, quien lo veía fijamente — Es un plan magnífico... La dejaremos sin ti hasta el momento de mayor peligro, de esa manera sabrá que por más riesgoso que sea, jamás voy a abandonarla, no dejaré que muera... Después de todo, fue la más sencilla de engañar de esos cazadores, hm, una niña—

Decía en una suave risa.

Dio, el demonio del tiempo que perdió su estatus debido a un demonio más fuerte que él... ¿Quién era? ¿Quién lo había derrotado de tal forma como para hacerlo tan débil? La respuesta estaba dentro de ese edificio, tomando una linda siesta.

Kobeni's weird adventureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora