Mis piernas seguían corriendo a toda velocidad a través de la pista dejando atrás a las demás competidoras. Empezaba a notar la punzada en el costado que me indicaba que debía reducir el ritmo pero sabía quién venía detrás y no dejaría que se llevara el oro de nuevo. Esta vez no.
-¡Tú puedes Miri!
Sonreí. Los gritos de Kazuki papá siempre se escuchaban por encima de los de la multitud, incluso había habido ocasiones en las que los de seguridad le habían pedido que se calmara precisamente por eso pero él nunca lo hacía.
"Soy tu padre. Tengo derecho a animarte y a estar orgulloso además, no hago daño a nadie"
Tenía razón desde luego. Tal vez debería avergonzarme su comportamiento pero era incapaz de obligarme a ello cuando en realidad sus gritos me daban ganas de esforzarme más, de correr más rápido, de hacerlo sentir orgulloso, a él y a Rei papá. Sabía que mi otro padre no tenía la misma capacidad para gritar a pleno pulmón pero debía de estar entre el público con los puños alzados, animándome, a pesar de que ese tipo de cosas no iban con él.
- ¡Más rápido, Miri! ¡Ay no, Rei va a alcanzarla!
Apreté los dientes al escucharlo y aceleré mis pasos sin embargo, ya podía ver a Aya por el rabillo del ojo.
"Oh, ni lo sueñes."
No podía permitir que ganara la primera carrera de la temporada, no cuando el año pasado me ganó en el campeonato local y pasó a las nacionales. Incluso si esto solo era el festival deportivo, pensaba ganarle así que saqué fuerzas de no sé dónde exactamente y corrí como si mi vida dependiera de ello. No era el caso pero mi orgullo de atleta sí, así que corrí y corrí hasta que...
-¡LO LOGRÓ! ¡ESA ES MI NIÑA BONITA! ¡REI! ¿HAS VISTO, HAS VISTO?
Me desplomé fuera de la pista nada más cruzar la línea de meta. Aya hizo lo mismo a mi lado y las dos nos quedamos observando a las demás corredoras que venían muy atrás pero en su defensa diré que ninguna formaba parte del club de atletismo.
- Has estado impresionante- dije con sinceridad- Por un momento, creí que perdería.
Aya me dedicó una sonrisa mientras que un par de ayudantes nos traían botellas de agua y unas toallas para limpiar el sudor. Ambas bebimos y para cuando las corredoras empezaron a cruzar la línea de meta ya habíamos recuperado parte del aliento.
- Gracias, pero no llegaba ni de coña- contestó- Nunca te he visto tan centrada ni siquiera en las locales.
Bueno para ser del todo sincera el campeonato local me ponía nerviosa porque si lo ganaba pasaría al nacional y en ese eran muy minuciosos con la documentación y mis padres... En fin, supongo que ya sabréis que no me adoptaron de forma convencional.
Kazuki papá insistía en que no había problema, que si llegaba a las nacionales, él y el tío Kyu se encargarían del papeleo pero la preocupación a que descubrieran nuestro secreto familiar me impedía correr como siempre.
- Eso es porque me ganaste el año pasado, tenía que defender mi título de capitana del club.
Ella bufó como si mi afirmación fuera algo descabellado aunque en realidad no lo era, yo corría pero ¿Aya? Ella volaba. Lo normal es que ella hubiera sido capitana no obstante, odiaba cualquier tipo de responsabilidad.
Ella abrió la boca (imagino que para comentar justo eso) pero un grito desde las gradas la interrumpió:
- ¡Miri! - al desviar la mirada no pude evitar sonreír. Mis padres estaban al pie de las gradas con una mochila gigante que probablemente llevaba comida de sobra para todo el colegio y una pancarta hecha a mano con las letras descoloridas por los años que decía "Ánimo, Miri. Tú puedes"
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Cynthia //Buddy Daddies - Kazurei//
FanfictionMiri tiene quince años, casi dieciséis. Ya no es una niña, entiende que la relación entre sus padres nunca fue romántica incluso podría decirse que lo había llegado a aceptar pero cuando Cynthia, la nueva novia de su padre, empieza a trastocar los c...