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MORTIFAGOS

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MORTIFAGOS

JULIO 1978













Astra acomodaba la mesa para poder cenar en familia, su madre quien estaba terminando la cena salió de la cocina.

— ¿Tú padre tardará mucho? — preguntó Anastacia Moody, de soltera Malfoy.

Astra se giró para ver a su madre. — No, dijo que terminaría de archivar unos papeles y vendría, sabes lo mucho que odia archivar.

Anastacia rio al escuchar a su hija mayor, su esposo tenía un extraño carácter de estar quejándose todo el tiempo por tener que hacer el papeleo de la oficina, pero en casa con su familia era el hombre más amoroso de la tierra.

— Ve arriba por Ariel, dile que baje a cenar — Anastacia beso la frente de su hija como si fuera una niña de seis años. — Mi pequeña estrellita fugaz.

Astra subió las escaleras al segundo piso buscando a su hermana. Había días en los que olvidaba lo mucho que su hermana menor había crecido con el tiempo, ya no era esa pequeña de cinco años que se colgaba en el brazo todo el tiempo.

— Toc toc — Astra fingió tocar la puerta al verla abierta. — ¿Puedo pasar, patito?

Ariel Moody se encontraba en su habitación leyendo un libro que su hermana le regaló durante el inicio del verano.

— Pasa pasa — dijo Ariel guardando el libro no sin antes marcar donde iba. — ¿Ya llegó papá?

Astra negó.

— Pero mama quiere que bajemos para cenar, esperaremos a que papá llegue.

Ariel se acomodó en la cama enseñando el libro que su hermana le había regalado. — Me gusta, me recuerda un poco a ti y a Sirius — la mención del Black logro que Astra borrara la sonrisa de su rostro. — ¿Enserio no van a regresar?

— Ari, ya te expliqué que a veces las personas no están destinadas a estar juntas para siempre — se acomodo en la cama, aún le dolía hablar del tema. — Hay veces que solo compartimos pequeños instantes con ciertas personas para después continuar con nuestras vidas, ellos nos enseñan lecciones.

— Pero no puedes dejar ir así al amor verdadero, Astra — se inclinó hacia adelante Ariel. — ¿Qué pasa si Sirius es el amor de tu vida y lo dejas ir como si nada?

Desde que su hermana había terminado con Sirius Black un mes antes de que se graduará. Ariel Moody con ayuda de Peter Pettigrew, su pareja y Regulus Black, su mejor amigo, intentaron juntarlos de nuevo, pero hasta la fecha no podían lograrlo.

— Ariel... — se quejó Astra. — La decisión ha sido tomada, no volveré con Sirius, ni por todo el oro del mundo. Además, no necesito de un hombre para ser completamente feliz, cuando tú y Peter tengan hijos seré la perfecta tía soltera pero millonaria.

Ariel abrió su boca para responder, cuando se escuchó un gran estruendo en la parte de abajo de la casa. Astra se levantó rápido sacando su varita.

— Quédate aquí y no bajes — ordenó la mayor.

— ¡¿Estas loca?! — susurro Ariel. — Iré contigo, no te dejare sola y a mamá tampoco.

— No — finalizó Astra. — Te quedarás aquí, iré a ayudar a mamá y por lo que más quieras Ariel, no vayas a bajar.

Salió de la habitación de su hermana murmurando un hechizo a la perilla para que nadie pudiera abrirla.

Ariel intentó abrir la puerta, pero no funcionaba, soltó un suspiro de frustración, solo le quedaba enviar un mensaje por medio de la chimenea.

Astra bajó rápidamente encontrándose la peor escena que podría presenciar.

Un grupo de al menos cinco mortifagos estaba en la sala de su casa, su madre se encontraba en medio de una pelea con dos de ellos.

— La pequeña Moody ha aparecido — se burló Amycus. — ¿Será que nos podremos divertir con ella por lo que su padre ha cometido? Yo digo que si, ojo por ojo.

— Con mi hija no, idiotas — amenazo Anastacia.

— Tu cállate traidora.

Un crucio cayó con dirección a Anastacia quien gritó debido a la maldición, Astra levantó su varita pero fue lanzada contra la pared por la varita de Rodolphus Lestrange.

Astra se quejó debido a que se golpeó con la pared, sintió un dolor punzante al igual que un líquido caliente caer por su frente.

Los gritos por parte de Anastacia Moody seguían siendo más fuertes a cada segundo, la estaban torturando y si Astra no se levantaba su madre terminaría muriendo delante de sus ojos.

Astra se puso de pie como pudo lanzando un hechizo hacia Alecto Carrow quien al verla de pie nuevamente intentó lanzarla contra la pared.

Astra había perdido la cuenta de cuántas veces fue golpeada esa noche.

Cuando la esperanza se estaba esfumando de su cuerpo la puerta se abrió revelando a un par de miembros de la Orden del Fénix.

— ¡Anastacia! — la voz de su padre hizo que intentara mantener los ojos abiertos pero era casi imposible.

Astra sintió unas manos sobre su rostro. — ¡Astra! ¡Astra!

Era Charlotte, la mejor amiga de Astra.

— Lottie — susurró Astra. — Ari, Ari...

Asta Moody sintió un par de manos en sus mejillas que no eran las de su mejor amiga y una colonia de hombre bastante familiar.

— Mi estrella— susurró Sirius al verla tan herida. — Te tengo.

Astra dejó de hablar debido a que cayó en la inminente oscuridad, estaba agotada, pero sabía con certeza dos cosas: una su madre había dado su vida por ella y otra que buscaría venganza.

ANOTHER LOVE; Sirius Black Donde viven las historias. Descúbrelo ahora