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LA CASA DE LOS GRITOS

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LA CASA DE LOS GRITOS

OCTUBRE 1978




Pasado









Astra y Sirius se encontraban afuera de la Casa de los Gritos.

Era luna llena y ambos sabían lo que significaba. Black se acercó a su novia tomándola de la cintura y dejando un corto beso en sus labios.

— Cuando nos casemos deberíamos comprar esta casa — dijo Astra mirando la Casa de los Gritos. — Hacer una habitación especial para Charlotte y Remus.

— Podríamos remodelarla e incluso tener una habitación para invitados cuando Peter y Ariel quieran venir — siguió Sirius con una sonrisa la idea de su novia.

Astra sonrió al escucharlo, recargó su cabeza en el pecho de su novio. Le gustaba estar así con él, los dos solos.

Sirius agachó su cabeza dejando un beso en la cabeza de la Moody.

— Mi padre quiere que vayas a la cena navideña este año — murmuro Astra sin despegarse de él.

Sirius se rio haciendo que Astra sonriera al sentir como el pecho del chico se movía.

— ¿En serio tu padre me quiere de nuevo en la casa, Moody?

La Moody levantó la vista para ver aquellos ojos grises que la tenían completamente enamorada. — Te defenderé de él.

El pelinegro sonrió, se inclinó para besar los labios de su novia. Una sincronía perfecta.

— Es hora de irnos — murmuró Charlotte trayendo consigo a Remus.

Sirius se alejó de Astra no sin antes quejarse, ayudó a Remus a caminar hasta el interior del castillo. Ambas amigas se rieron al verse.






















Presente















Astra se sentó en la silla delante de su hermana. Ariel Moody.

Ariel le había pedido a Peter que llegara más tarde, luego de escuchar como su hermana y su padre discutieron en medio de una reunión en la Orden.

— Hola Ariel.

— Nada de hola — la señaló Ariel con su dedo índice, a veces parecía que el papel de hermana mayor se intercambiaba. — ¿Peleaste con papá?

Astra agradeció a Rosmerta la cerveza con mantequilla. — Otras hermanas preguntan como han estado antes de hacer un interrogatorio.

— Cuando tu novio te envía un vociferador contándote que tu padre y hermana mayor discutieron en medio de toda la Orden, no esperes una felicitación.

— Él comparó a Henry y Sirius — suspiró frustrada. — Henry no es Sirius.

Ariel a pesar de su corta edad logró ver cómo su hermana estuvo enamorada de Sirius Black. Su mundo entero giraba entorno a Black, todos veían el gran amor que se tuvieron el uno al otro, pero todo quedó en el pasado.

— Henry jamás será igual a Sirius — concordó Ariel dándole la razón. — Pero el primer amor no se olvida, Astra, tú y yo lo sabemos.

La mencionada rodó los ojos al escuchar a Ariel. La misma conversación de siempre.

— Vas a hablarme del colegio o intentarás una intervención otra vez.

— Se supone que tú debías ser la hermana mayor que me de consejos y que cuide de no cometa tantos errores y parece que es al revés — se quejo Ariel. — Mamá te quería con Sirius.

Astra se levantó al escuchar a su madre, estaba cansada de la misma conversación. Estaba cansada de todo.

— Me voy, cuando quieras hablar conmigo sabes como contactarme.

— Tu querías casarte con Sirius Black — Ariel también se levantó. — Tu futuro lo planeaste a su lado, querías una casa, hijos y una vida con tus amigos, ¿Qué cambio?

— Que me engañó. Me engañó con otra persona llevándose los recuerdos, las promesas y nuestros sueños, ahora no me queda nada. Yo seguí adelante, no me culpen de cómo recojo los pedazos rotos que él dejó.

— Pero Henry no es una banda adhesiva que unirá las piezas cuando quieras y puedas votarla después. Solo piénsalo, Astra. No dejes ir al verdadero amor.

Astra pagó las cervezas con Rosmerta saliendo de Las Torres Escobas completamente furiosa. Ella recordaba las promesas que hizo junto a Black, pero eso quedó en el pasado.

Él la había engañado.

Llegó al límite de la casa de los gritos, los recuerdos la volvieron a inundar.

Aquella casa iba a ser de ellos, sus hijos corriendo allí junto a sus amigos. Ella sería una gran aurora, mientras Sirius sería un hombre de familia, a menos que pudiera poner su local de tatuajes como él quería.

— Sigues viniendo aquí.

Aquella voz la reconocería en cualquier parte. La escuchó durante años.

Sirius Black.

— Solo pase por aquí antes de irme — contesto con frialdad.

Black dio un paso al frente quedando una distancia entre ambos.

— Esa casa fue comprada hace unos años — comentó Sirius. Astra intentó no demostrar la tristeza, el ojigris lo notó. — Alguien la compró.

— Supongo que tú lo sabes.

— Astra... — la llamó. — Yo...

— No me importa lo que tú quieres, Sirius — lo encaro. — No me importa el pasado, nuestros sueños terminaron el día que me engañaste y esa casa ya no será nuestro futuro. Por qué nuestro futuro no existe.

Astra se marchó dejando a Sirius solo. Black vio a la Moody irse, la vio no mirar atrás.

Metió la mano en el bolsillo de su pantalón sacando una pequeña cajita donde se encontraba una llave. La llave de aquella casa que compro para ellos dos, por que Sirius logró comprar la Casa de los Gritos para ellos como planearon.

Como lo hicieron en sus sueños.  

ANOTHER LOVE; Sirius Black Donde viven las historias. Descúbrelo ahora