No sé qué poner aquí sin spoilear la trama.
▪️ ⚠️ La etiqueta 🔴MADURA🔴 no está sólo porque sí⚠️
▪️ ⚠️ Este es un fanfic, no pretende apoyar ninguna postura sobre los temas aquí tratados. Las decisiones que toman los personajes son para poner más...
Al día siguiente Xie Lian sale al patio a barrer unas hojas, ya no ocultará su embarazo al mundo, hasta le gusta cómo luce su túnica floja. Por la tarde reciben la visita de Feng Xin y Mu Qing, Feng Xin carga un cesto con fruta. Xie Lian los ve asomarse por la puerta del santuario, les sonríe y ellos imitan su sonrisa. Tanto tiempo ha pasado, pensaban que Xie Lian ya no quería verlos. Una cosa y la otra no se relacionan y tampoco pueden evitar la aversión por el Xie Lian con el vientre abultado.
—Te-te trajimos más fruta— dice Feng Xin.
—Oh...— Xie Lian recuerda que ha desechado los otros obsequios frutales, pidiéndole a Hua Cheng que se los dé al ganado que pasta en las praderas—. Vamos adentro, les prepararé un poco de té.
—¡No! ¡E-eh, es decir! — Mu Qing teme que el té se convierta en un tóxico si Xie Lian lo toca.
—Yo lo prepararé.
El grupo vuelve a ver, es Hua Cheng, cuya fría mirada atemoriza a su esposo.
El grupo de oficiales se acomoda en la sala mientras Hua Cheng prepara el té. Feng Xin y Mu Qing examinan a Xie Lian con la mirada, como si fuese una atracción de entretenimiento, es inevitable, nunca han visto a un hombre en este estado.
—Pensé que interrumpirías tu-, su nacimiento— comenta Mu Qing.
Xie Lian le observa con curiosidad, no capta su punto.
—Ya sabes...el parto, cof cof.
—Oh...— entristece, claro que tiene miedo, aunque ahora está más preocupado por el porvenir de su bebé.
—¿Cómo es que va a nacer? Eso es lo que no entiendo.
Xie Lian no se ha tomado el tiempo de pensarlo en absoluto.
—Hay que operar.
Los tres giraron la cabeza hacia la tintineante figura de rojo arce que sostiene una bandeja en las manos. Xie Lian se levanta y toma las tazas, les sirve primero a sus invitados.
—¿Operar? — repite Feng Xin.
—Podemos solicitar ayuda de los oficiales celestiales especializados en medicina— opina Mu Qing.
—Se necesitarán manos ágiles, supongo que esta vez ustedes inútiles serán de ayuda, aunque yo puedo encargarme— afirma el fantasma.
Los ojos de Xie Lian se abren en todo su esplendor. Los oficiales lo advierten, tienen sospechas de que las cosas no van bien en su matrimonio, debido a las circunstancias no es de extrañar.