Capítulo I

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- "Madre, ¡mira lo que tengo!"

Sasuke corrió hacia su madre, muy orgulloso. Tenía su escudo. Como su padre. Ahora era un guerrero Tonans. La armadura gris que abrazaba su cuerpo era indestructible y le cubría de pies a cabeza. Levantó las manos y se echó a reír, sus dedos de uñas romas se habían convertido en largas garras. Arrastró un dedo por su escudo, donde estaba su cara.

- "Mira tus impresionantes tatuajes negros, mi pequeño guerrero. No más escudo de bebé. Ahora eres un pequeño guerrero. Estoy muy orgullosa de ti."

Su madre se arrodilló mientras él bajaba su escudo, sumergiéndose en su cuerpo. Ella le atrajo contra sí y la oyó gemir. Soltó algo de su agarre inmediatamente, el escudo, que residía dentro de él, le envió una señal de tocarla más suavemente. A los cinco años de edad, el primer acto de su escudo fue esa sugerencia que obedeció instintivamente. El escudo de bebé que los protegía tanto a él como a su madre se había ido para siempre.

- "Prométeme, pequeño guerrero, ¿serás amable con las mujeres?" - preguntó su madre.

- "Por supuesto que lo seré, mamá."

Era una promesa tonta. Las mujeres eran débiles y necesitaban la protección de un guerrero. Sasuke sentía su fuerza; él era más fuerte que su madre. No tendría que haberle preguntado eso. Él la amaba más que a nada en el mundo. Independientemente de eso, su escudo nunca le dejaría dañar a un inocente. Su madre le susurró que le amaba, ella acarició su cabello; luego su mano cayó resbalando de su cabeza, y entonces era sólo Sasuke quien regresaba el abrazo.

- "¿Mamá?"

Sasuke se arrodilló mientras bajaba a su madre inmóvil en el suelo. Su padre corrió hasta el dormitorio. Se detuvo en seco por un momento antes de tomar a su esposa y aplastarla contra su pecho.

- "Ten cuidado, Padre." - le reprendió Sasuke.

Su padre se inclinó hacia su cara para mirar a Sasuke, a continuación, le abrazo. Su pequeña familia junta, como lo habían hecho tantas veces en la joven vida de Sasuke. A Sasuke le gustaba cuando su padre estaba en casa, su madre siempre era más feliz.

- "Lo siento, hijo. No me queda tiempo. Tu madre y yo esperábamos poder encontrar una cura. Ahora no podrá ser. Lo he intentado, he intentado muy duro. Tu madre y yo te queremos mucho. No puedo vivir sin ella. Pensé que podría, pero no puedo. Me duele demasiado el corazón para subir mi escudo. Recuerda siempre que se trató de una hembra que dio su vida y una hembra que te amaba más que a nadie en este universo. Recuerda también que fue un macho quien mató a las hembras Tonans."

Sasuke vió como su padre cayó. Sus padres se abrazaban juntos. Con los ojos abiertos con terror, Sasuke vió el escudo de su padre separarse desde el interior con un horrible sonido agudo, como si estuviera en un intenso dolor. Goteando de la piel de una manera torturante. La sombra del escudo rodó en cuestión de segundos, a continuación, oxidándose y convirtiéndose en polvo. El polvo rodó debajo de la puerta y se fue.

- "¿Papá?"

¨ ¿Muerto? ¿Qué es muerto? ¨

- "Papá, ¿qué es muerto?"

Ninguno de sus padres se movió. No era como si ellos le estuvieran ignorando. Sus padres eran cariñosos y disfrutaban cada día de su vida. Que dejasen de hablarle de repente le hacía daño. Sasuke se subió en la cama de sus padres. Seguramente su madre vendría a abrazarlo y preguntarle que estaba mal. Durante mucho tiempo se acurrucó con sus brazos alrededor de sus rodillas. No había ningún sonido en la habitación excepto las cortas respiraciones que comenzó a expulsar contando el paso del tiempo. Su estómago gruñó.

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