Capítulo X

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- "¿Así que lo que estás diciendo es que las hembras humanas

son como las flores?"

Sasuke y Sakura habían estado en la Tierra durante tres semanas. Hanabi estaba fuera con Sasuke recogiendo flores. Sakura afirmó que el aire libre era necesario para la niña; que necesitaba correr, gritar, aullar. Sasuke trataba de llevarla a fuera tan a menudo como era posible. A Moegui le gustaba estar con las hembras de edad la mayor parte del tiempo. Su atracción por él había cambiado a lo largo de las semanas. Ella le obedecía porque había crecido para cuidar de él. Sasuke sabía que Hanabi le amaba, el sentimiento era recíproco. Adoraba a toda su familia. El sol brillaba en todas partes. A lo lejos, Sasuke vió las nubes rondando. Estaba vigilando mientras hacia todo lo posible para interactuar con una niña de ocho años. Una hembra pertinaz. Aunque Sasuke admitió que le gustaba burlarse de la niña. Su gran cantidad de explicaciones era dulce. Hasta ahora, él y Sakura no habían tenido éxito en la concepción de un niño. En lo profundo de los recuerdos de Sasuke había una duda; cuanto mayor era un guerrero, mejores eran sus posibilidades. Puede que no hubiera un niño esta vez.

- "Mujeres, Sasuke. No hembras humanas."

La niña rodó los ojos. Sasuke se rió entre dientes, era linda incluso estando molesta.

- "Pero tú eres hembra." - señaló.

- "Sí, pero yo soy una chica. Si me dijeras, 'Hey pequeña niña', sonaría bien, pero si dijeras, 'Hey pequeña hembra humana', suena raro. Suenas como un alien."

Sasuke resopló.

¨ Soy un alien, pequeña hembra humana. ¨

Todas las hembras humanas aparentemente pensaban de la misma forma en que lo hacía Sakura. 'Pequeña hembra humana' es redundante. Sasuke oyó un pequeño ruido y Hanabi gritó cuando Sasuke la agarró en sus brazos y la cargó sobre su espalda. Él gruñó cuando un joven macho ya crecido salió desde los arbustos.

- "Se me cayeron las flores. Sasuke, era eso."

Sasuke ignoró su indignación.

- "Vete." - gruño en sus palabras guturales haciendo que Hanabi temblara de miedo.

Ella se asomó por el ancho hombro de Sasuke y se relajó, dándose cuenta de que estaba enfadado con alguien más.

- "Es mejor que escuches a Sasuke. Es un poco como mi padre y él puede lanzar un hombre enorme a través de las paredes."

Sasuke oyó la admiración en el tono de Hanabi. Ella envolvió sus pequeños brazos alrededor de su cuello e instaló la barbilla en su hombro. Sasuke estuvo tentado de tirar de ella contra su pecho y protegerla, pero el macho ante él no era una amenaza. Su olor era de preocupación. Sasuke no quería asustar a Hanabi.

- "Por favor, hemos recorrido un largo camino. Mi hijo no ha comido en dos días. Se están formando bandas de hombres. Igual que las mujeres de este planeta están desapareciendo. Las bandas son brutales. Ellos quieren que los demás hombres se les unan y lo que hacen es censurable. No puedo exponer a mi hijo a eso. Tienes una hija, lo entenderás. Una tormenta se acerca."

Echó su mirada detrás de él, se podía ver el gris siniestro de las primeras nubes, más cerca. El hombre puso sus manos sobre los hombros del niño.

- "Se trata de Jimmy, tiene ocho. Estoy adivinando acerca de la edad de tu pequeña. Si viajamos juntos, te ayudaré a velar por ella."

- "No estoy interesado."

Sasuke balanceó a Hanabi de sus brazos hasta su pecho. Ella gimió, quería sus flores. El niño pequeño agarró un puñado y corrió delante de Sasuke, sosteniéndolas hacia arriba. Sasuke se detuvo. El niño sonrió, le faltaban dientes. Hanabi alcanzó las flores.

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