Al día siguiente, muy temprano, alguien que caminaba por la calle se encontró con un cadáver tirado en el suelo. Era una chica que, por lo visto, cayó de una tercera planta. El caminante, asustado y evitando problemas, silenciosamente siguió su camino.
Antonio: —¡Jenny! ¡Despierta! Se te hace tarde. Antonio ya tiene que irse y se le hace tarde para el trabajo. Apúrate si quieres el aventón al liceo. ¡Jenny! ¡Jenny! Mi amor, me oyes. Ya me estoy preocupando. ¿Por qué tiene seguro la puerta? ¡Antonio! Ven rápido. Algo no anda bien.
Felicia: —¿Qué sucede? ¿Por qué tanto alboroto?
Antonio: —Es Jenny. No contesta y su puerta tiene seguro. La he llamado varias veces y no responde palabra alguna.
Felicia: —¡Déjame a mí! ¡Jenny! ¡Jenny! ¡Por Dios, responde de una vez! No bromés. Esto no es divertido.
Antonio: —No te moleste en llamarla. Algo sucede. Hay que derribar la puerta. ¡Apúrate! Tengo un mal presentimiento.
Felicia: —¡Échate a un lado! (Prann. La puerta fue derribada). ¿Qué sucede, por qué no está aquí? No recuerdo haberla visto salir después de haber entrado aquí.
Antonio: —Espera. ¿Qué es lo que veo?
Felicia: —La ventana está abierta.
Antonio: —¿Qué? No puede ser. ¡Dios mío!
Felicia: —No puede ser. Será que... ¡Oh, Dios mío! No tengo el valor para ir a ver. Ve tú. (Antonio se asoma a la ventana...)
Antonio: —¡Oh, Dios mío! No puede ser. Mi pequeña. (Llora amargamente).
Felicia: —No me asustes. ¿Qué pasó?
Antonio: —Nuestra hija se tiró por la ventana. Está allá abajo tirada, bajemos rápido y veamos su condición. (Felicia bajó las escaleras dando grandes gritos).
Felicia: —¡Jenny! ¡Jenny! ¡Mi Jenny! ¿Qué has hecho? ¡Llama una ambulancia! ¡Rápido!
Antonio: —¡Enseguida! ¡Ya voy! (Mientras tanto, se aglutina una muchedumbre, todos atónitos y sufridos). Mientras llega la ambulancia, algunos vecinos conversan.
Julio: —¡Sandra! Tú que vives más cerca. ¿Qué fue lo que sucedió?
Sandra: —Yo tampoco sé nada. Al igual que tú, es ahorita mismo que me entero de este trágico accidente. Pero por lo que se puede ver, parece ser que es un suicidio.
Julio: —¿Eso crees? ¿En verdad, piensas que haya sido eso?
Sandra: —Sin lugar a duda. Por la reacción de Felicia, es obvio que ella tampoco sabía de este incidente hasta ahora. (Mientras tanto, llegaba la ambulancia).
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Amores juveniles
Teen FictionSi ella hubiera sabido todo lo que le vendría por haberse enamorado... ¿Lo hubiera hecho de todos modos? Lo cierto es que sólo se vive una vez. No es lo mismo sobrevivir, que vivir. La vida no es vida sin amor. Pero, ¿realmente valió la pena?