Como sabrás, provengo de una familia de escasos recursos, además, mis padres ni siquiera terminaron sus estudios. Me dieron todo cuanto pudieron y les estoy sumamente agradecida por eso. Cuando tenía tu edad, también quise divertirme, conocí amigos, salimos a fiestar y todo eso que les gusta tanto a los jóvenes de hoy en día. Ese mundo me sedujo y poco a poco fui olvidándome de las cosas que realmente importan, por consiguiente, dejé mis estudios. Para ese tiempo mi papá estaba enfermo y no teníamos el dinero para comprarle sus medicamentos. Cargué con toda esa responsabilidad yo sola. De mis nuevas amigas había una que salía con hombres por dinero. Veía a los hombres como sus juguetes. Solo le interesaba el dinero de ellos. A medida que más me juntaba con ella, así mismo me fui adentrando a ese oscuro mundo. Abandoné mi hogar. Mis otros hermanos se enojaron mucho y decidieron no dirigirme la palabra. De vez en cuando venía a saber de mis padres y a traerle dinero para cubrir parte de sus necesidades, aunque lo poco que le traía no era suficiente, todo se iba en medicina. Me apena decirte esto, pero lo cierto es que fue en sucio estilo de vida que te tuve. No te imaginas lo arrepentida estoy, pero no puedo cambiar el pasado, lo que hice, hecho quedó. No de todo me arrepiento, no todo fue indeseado, pues de ese abismo salió una pequeña luz que vino a iluminarme cual sol del mediodía, esa luz eres tú. Gracias a ti pude seguir adelante. La gente no dejaba de criticarme. Mis conocidos me miraban despectivamente y con desdén, algunos fingían no verme y otros me escarnecían tan pronto tenían la oportunidad. A pesar de todo eso, si no te hubiera tenido, no sé si hubiera estado viva ahora, porque tú fuiste el motor que me impulsó a seguir adelante. Quizás te estés preguntando ahora mismo quien es tu padre. Pero la verdad es que ni yo sé exactamente de quien seas hija, aunque eso nunca me importó, puesto que los hombres con los que salía no servían, eran escorias, muchos de ellos, casados y con familia. Así es, la gente tiende a ocultar su lado oscuro, porque de seguro, todos lo tenemos. Esos degenerados le piden cosas a una, que ni siquiera se atreven a insinuárselas a sus esposas. Son cosas de las cuales no se enorgullecen. Es con mujeres como yo solía ser, que realmente muestran su verdadera naturaleza. Aunque no menos cierto es, que no todos son así. Un ejemplo de eso es George, mi actual esposo. En fin, para no hacerte la historia tan larga, el hecho es que antes de tenerte a ti ya había hecho unas diligencias para viajar, en ese bajo mundo hay maneras engañosas para hacerse con una visa, e incluso, con residencia. Todo es por negocios. El hecho es que para no perder esa oportunidad tuve que irme para Estados Unidos, pero antes de hacerlo te tuve y pasé un breve tiempo contigo. Mis hermanos me aceptaron en la casa, pues decían que tu no tenías la culpa por mis errores. Gracias a eso pude irme para allá. Una de mis amigas fue la que me ayudó a hacer los amarres para yo poder viajar. Ella me había prometido que ya no trabajaría en el vil negocio del placer, pues en referidas ocasiones le había comunicado que ya quería salir de ese mundo por ti, quería empezar de nuevo. ¡Increíble! ¡Que ingenua fui! Lo que me dijo fue: _ "Entiendo tu situación, quizás no seas la única que se lo ha planteado miles de veces, pero la realidad es diferente, todas tenemos colas que nos pisen, además sabes que esto no es más que un negocio, nada personal. Tú a lo tuyo y yo a lo mío. Cada uno ayuda al otro como puede, y de camino procura, pues, ayudarse a sí mismo. El documento que firmaste decía explícitamente que tenías un contrato de trabajo por 5 años y que del dinero que ganaras, solo sería tuyo el 60% y la otra parte, para cubrir todos los gastos para traerte aquí. Así que, ya estás aquí, acéptalo y adáptate, no eres la única que ha pasado por esto". _ Esa es mi triste historia. El dinero que gané no lo desperdicié, ni tampoco voy a negar que la parte del dinero que me tocaba a mí era suficiente, no solo para cubrir mis gastos personales, pues también me sirvió para mandarlo para acá, y que con eso se cubriera tu manutención, estudios y la medicina de mi papá. Y no solo eso, también esta casa se construyó con ese dinero. No me enorgullezco de eso, pero fue un mal necesario. Esta casa se estaba cayendo a pedazos. Con el pasar de los tiempos conocí George, hombre de buen corazón, y que se enamoró de mi a pesar de que le conté mi pasado. Gracias a él pude salir de esa vida. Tuve problemas legales, pues, para poder casarme con George, primero tenía que divorciarme de la persona con quien me casé por negocios para adquirir la visa y la ciudadanía americana. Debido a eso, es que no pude venir por ti, y decidí también, que tan pronto como legalizara mi estatus allá, te haría los papeles para llevarte conmigo. Tanta lucha valió la pena, ya tus papeles están listos. Entenderás que no solo he venido a verte... ¿Qué dices?
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Amores juveniles
Teen FictionSi ella hubiera sabido todo lo que le vendría por haberse enamorado... ¿Lo hubiera hecho de todos modos? Lo cierto es que sólo se vive una vez. No es lo mismo sobrevivir, que vivir. La vida no es vida sin amor. Pero, ¿realmente valió la pena?