Esteban estaba pensando en Agustin desde temprano en la mañana. No podía sacarlo de su cabeza y quería hacer algo especial para él. Después de dar vueltas por la ciudad, finalmente encontró un lugar donde vendían el mejor chocolate amargo.
Decidió que ese sería el regalo perfecto. Sabía que no era muy dulcero, pero quería que su compañero supiera lo especial que era para él.
Cuando llegó al estadio, lo buscó en el vestuario y lo encontró sentado en el banquillo, concentrado en su teléfono. Al ver a Esteban entrar, Agustin levantó la mirada y sonrió.
-Hola Esteban, ¿qué traes ahí? - preguntó el menor curioso.
-Algo que espero que te guste - respondió mientras le entregaba el paquete de chocolate.
Agustin abrió el regalo y se sorprendió al ver la calidad del chocolate. Sabía que era algo especial porque Esteban no era de regalar cosas a la ligera.
¿En serio compraste esto para mí? - preguntó emocionado.
-Sí, pensé que te gustaría. Además, quería agradecerte por ser un gran compañero en el campo y por siempre estar ahí para apoyarme - respondió el mayor con sinceridad.
Agustin sonrió y abrazó a Esteban con fuerza, sintiendo el calor y la ternura de su cuerpo.
-Gracias, Esteban. Eres un gran amigo y me alegra mucho tenerte en mi equipo - dijo Agustin, todavía abrazando a su amigo.
se quedó inmóvil por un momento, disfrutando del abrazo y del aroma de Rossi. Se dio cuenta de que se estaba enamorando cada vez más de él y no sabía qué hacer al respecto.después el suplente se separo y comenzo a comer la golosina que le habian regalado.
Agustín se veía muy feliz, con los labios manchados de chocolate y una sonrisa en su rostro.
-¡Wow! ¡Está buenísimo!- Exclamo con la boca llena
-Me alegra que te guste. Lo compré especialmente para ti- dijo Esteban, observandolo mientras disfrutaba del chocolate.
-¿Y tú no quieres probar un poco?-preguntó Agustín, ofreciéndole el chocolate.
-No, gracias. Me gusta más el chocolate con leche-bromeó.
el menor rió y volvió a comer el chocolate, saboreando cada bocado.
Te ves muy adorable- dijo con una sonrisa.
el de san martin se sonrojó al escuchar el cumplido, pero su rostro seguía luciendo alegre y radiante. el titular se dio cuenta de que nunca había visto a su amigo tan feliz y se sintió agradecido por ser parte de ese momento especial.
Después de unos minutos de charla y risas, llegó la hora de entrenar. Agustín se puso los zapatos y se levantó del banco.
-Gracias de nuevo por el chocolate, Esteban fue un lindo detalle-dijo despidiéndose con un abrazo.
Esteban lo abrazó fuertemente, sintiendo la calidez del cuerpo contrario. Una vez más, su corazón latía más fuerte cuando estaba cerca de él y se sintió feliz de haber hecho algo especial para su amado. Pero también se dio cuenta de que quería ser algo más que solo un amigo para Agustin. La idea lo asustó un poco, pero sabía que tenía que encontrar una manera de decírselo en algún momento.