El Paraíso

34 7 8
                                    

Lunes, 28 de diciembre del 2015

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lunes, 28 de diciembre del 2015


De vuelta en el Paraíso, vengo a estudiar en la universidad y también terminar mi práctica profesional. En este momento me encuentro a la espera de que llegue mi abuela a buscarme, ya que viviré con ella por un tiempo; a pesar de que tengo donde vivir, dado que mi abuelo materno me dejó una suntuosa herencia, pero no puedo utilizar el sitio hasta que cumpla mis dieciocho años. Por lo tanto, mientras eso sucede, viviré con ella y remodelaré a mi gusto el loft que me dejó él. Y aunque no lo conocí bien, haré uso de la propiedad; el no conocerlo se debe a que la familia de mi madre se desmoronó, cuando mi abuela Isabelle y el abuelo se divorciaron hace varios años, ninguno de sus nietos tuvo el placer de conocer al hombre, ni conoceremos.

Y ahora que estoy en esta ciudad, confieso que me alegra volver, esta tierra me vio nacer y crecer, pero, vengo sola. Varios meses atrás tomé la decisión de alejarme de mi familia con la excusa de volar; mi relación con ellos no es la mejor, mi madre siempre tiene alguna discordancia conmigo, mi padre jamás ha tenido tiempo para mí, y con mis hermanos mayores la relación como tal es inexistente, con mi hermano pequeño es con el único que tengo una relación y cariño y es por quien me quedaba con la familia, pero no soporte más. Y aunque mis padres me trajeron al mundo, quien me crio fue la abuela, ella nos crio a mis hermanos mayores y a mí, y con ella me siento segura y tranquila.

Conscientemente, bloqueo mis pensamientos para darme cuenta de que solo me queda esperar a que aparezca la mujer que más aprecio y a pesar de que le dije que no venga, ha decidido venir a buscarme. 

Una hora más tarde aparece por las puertas de cristal del aeropuerto y a pesar de que tiene sesenta años, parece de cuarenta; la mujer esbelta, atlética y bella, sin olvidar que jamás olvidaría el color de su cabello, un castaño medio que brilla i...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una hora más tarde aparece por las puertas de cristal del aeropuerto y a pesar de que tiene sesenta años, parece de cuarenta; la mujer esbelta, atlética y bella, sin olvidar que jamás olvidaría el color de su cabello, un castaño medio que brilla intensamente bajo la luz. Llega a mi lado y me abraza como si se tratara de su razón de vivir; siempre es así y es a una de las pocas personas a las que le permito que me abrace sin oposición.



NOTA DE LA AUTORA

Hola...

Quiero recordar que acepto críticas constructivas y comentarios para mejorarla. Y como siempre les agradezco la oportunidad.

No seré el primero, pero...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora