Jueves, 19 de mayo del 2016
Han pasado varios días desde que Connor llego a mi casa y aún continúa metido ahí; y podría decir algo malo de él, sin embargo, no me lo he encontrado lo suficiente, su trabajo y el mío nos impide que nos crucemos por largos periodos de tiempo. Aunque, si debiese de tener una preocupación permanente, sería la del sujeto que me sigue, aquel psicópata ahora hace vigilancia en la calle de mi edificio y desgraciadamente, no puedo hacer mucho; las veces que he llamado a la policía y han venido, nunca dan con él, es como si desapareciera. Sin más que hacer, decidí que no frenaría mi vida, a pesar de que ese hombre vaya conmigo para todos lados, y todo gracias a las locuras de mi madre, porque estoy casi segura de que es alguien enviado por ella.
Miro las paredes de mi habitación escapando de mis pensamientos vagos, aunque no son tan diferentes a los del domingo anterior. Hoy es como muchos domingos, el día en que más cosas por hacer tengo y también más flojera, y a pesar de ello, mi cabeza hoy no me ayuda en nada.
«Domingo de calvario...»
Me levanto de la cama con mucho desgano y camino a mi baño, realizo mis necesidades biológicas y lavo mi cara con agua fría para no salir al pasillo en fachas, luego agarro mi toalla y ropa del closet, y salgo de mi habitación, no quiero sorpresas como la última vez. El recuerdo es instantáneo y se apodera de mi razón, se reproduce una y otra vez en mi cabeza sin control.
Ese día desperté temprano, como cada día desde que tengo diez. La casa estaba vacía y necesitaba ducharme luego de una pesadilla, en mi apuro solo llevé mi toalla al baño del pasillo, en donde no me demore más de unos cuantos minutos. Sin motivo alguno, una parte de mí decidió olvidarse del desconocido que rondaba mi casa todos los días y para cuando dejé el baño; me golpeé de frente con un torso que no era de ningún fantasma. Al levantar la vista, espantada, me encontré con unos ojos marrones que me hicieron soltar el grito de mi vida y como tal, solté la toalla. Él, muy respetuoso, miro hacia otro lado y eso es algo que agradecí, pero nada me confirmaba que de verdad antes de voltear no vio algo. Avergonzada, recogí la toalla, la até a mi cuerpo y corrí a mi habitación despavorida.
«Fue una experiencia horrible y no planeo repetirla»
Alejo aquel recuerdo perturbador de mis pensamientos y termino de bañarme, me visto y salgo del baño contando el poco tiempo que me queda para perder, y eso que ni siquiera quiero pensar en mis ganas de no hacer nada. Bajo al primer piso y me encuentro al sujeto que denomine, "el espía de la abuela".
—Te puedo pedir un favor —dice, apenas me ve aparecer en la cocina. Y con mi mano lo aliento a que continúe—. ¿Podrías llevarme? Mi hermana necesita esto —me muestra una carpeta sencilla, de esas que usas cuando estudias.
—Puedo, pero llevarte es demorarme y perder tiempo —baja la cabeza, agobiado e increíblemente, termino cediendo—. Te llevaré, de una manera mucho más rápida.
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No seré el primero, pero...
RandomBelén tiene problemas, pero ningún problema se asemeja a vivir en una guerra con tus padres y hermanos, ya que ellos no te creen nada de lo que dices. Y tampoco se asemeja al ser víctima de violación a los ocho años por un conocido, una persona que...