1: PERDIDO EN ACCIÓN

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Si temprano en la mañana le hubieran preguntado a Neteyam que esperaba de su día, el podría haber respondido muchas cosas, que se la pasaría ayudando a su padre junto al grupo de operaciones preparando el siguiente plan contra la gente del cielo, que ayudaría a su madre, kiri y su abuela con los heridos, quizás si tenía suerte pasar tiempo con su pequeña hermanita Tuk.

Lo que menos esperaba era estar volando sobre el mar huyendo de varias naves enemigas, solo, con la única compañía de su fiel ikran.


Desde la aparición de los recombinados Quaritch y su escuadrón los ataques hacia su gente fueron más agresivos, fueron despiadados con el bosque, quemando y destruyendo todo a su paso, su padre al ver esto decidió quedarse a pelear.

La mejor elección, al menos su madre creía eso después de que el arrojara la posibilidad de escapar en el primer encuentro con Quaritch, donde afortunadamente nadie fue herido y todos pudieron regresar al fuerte, incluso Spider que en el último momento casi se queda atrás.

Si Neteyam era honesto, también creía que era mejor pelear, lo habían hecho sin descanso el último año. No es que a él le agradara la guerra, el seguía siendo un niño de 15 años después de todo y sus hermanos seguían siendo más pequeños que el.

Si pudiera elegir el quisiera volver a una vida pacífica, no una donde podrías no regresar a casa o ver como quienes amas ya nunca vuelven.

No tiene tiempo para lamentarse por ello, revolcándose en alguna especie de autocompasión, era el hijo de olo’eyktan, el hijo de turuk makto, el hermano mayor.

Tenía mejores cosas que hacer que eso.

Por ejemplo, liderar junto a su padre un ataque hacia una embarcación de la gente del cielo, al ser siempre detenidos al tratar de transportar maquinaria en medio del bosque ahora intentaban pasarla por el mar rodeando las grandes costas.

Eso tampoco se les iba a permitir.

Se suponía que sería una misión relativamente sencilla, ir con los mejores guerreros, asaltar los barcos, robar los suministros, nada difícil era la misma operación con los que intentaban atravesar el bosque.

Todo salió mal, el clima arrasó con una feroz tormenta y las naves estuvieron más rápido sobre los na’vi sin poder detectarlos a tiempo ya que el vigía (Lo’ak) se le ocurrió la brillante idea de el mismo asaltar uno de los barcos menores.

Cuando se dieron cuenta ahora ellos eran los que tenían que retirarse, Jake dio la orden a través de los comunicadores que se dispersaran, intentar perder a las naves sin guiarlas a la guarida.

Eso era lo que estaba intentando Neteyam, pero por más que se desviara de regreso al bosque las naves lo regresaban sobre el mar sabiendo perfectamente que ahí no podía esconderse ni perderlo de vista.

—¡Maldición!—Neteyam sabe distinguir cuando está en un problema, ahora mismo está metido en uno muy gordo tratando de esquivar todas las balas de sus enemigos, luchando contra el viento y las pesadas gotas de lluvia que para este punto se sentían como piedras en su piel.

“¡Neteyam! ¡¿Dónde estas hijo?!”

La voz de su padre lo saca de sus pensamientos, quizás la primera vez después de mucho tiempo lo escucha realmente alterado.

Con esfuerzo presionó el botón para contestarle.

—Señor—Neteyam intenta sacar de su voz todo el pánico que se arrastra por la garganta. -Son las naves, no las he perdido, vienen tras de mi.

Escucha el jadeo entrecortado de su padre, provocándole un dolor en el pecho, sabía que ahora el intentaría regresar por el, que se pondría en riesgo por su culpa, debió de ser más cuidadoso, debió intentar-

Lo que trae la marea -Aonunete-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora