Capítulo VIII

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Adiós

Sentía una preocupación interminable en su interior, estaba nervioso y no podía quedarse tranquilo, la ansiedad le golpeaba el estómago haciéndolo sentir aún peor. Sentía que había algo mal, algo debía de estar mal, Luzu no le había contestado desde hace horas y seguía sin saber de él, estaba preocupado. ¿Y si le había pasado algo? ¿Dónde estaba? ¿Le estaba ignorando? Una diversidad de preguntas se le formaban en la cabeza sin poder dejarlo en paz, tenía esa espinita que le lastimaba cada vez más el pecho. El malestar físico se estaba apoderando de él, la cabeza le dolía, sentía náuseas y sus manos sudaban, ¿realmente qué es lo que había pasado?

En una de esas vueltas que estaba dando por dentro de su dormitorio escuchó cómo su celular sonaba, era una llamada, se apresuró a contestar sin fijarse en quién le llamaba.

-¡¿Luzu?!- preguntó agitadamente con una mezcla de preocupación y esperanza en la voz.

-Quackity- se escuchó la voz de su amigo del otro lado, aquella esperanza se rompió al instante.

-Rubius, ¿qué pasa? ¿Has sabido algo de Luzu?- su voz se volvió a apagar.

-Quackity, dime que te has visto con Luzu el día de hoy...- su voz estaba agitada y seria.

-Eh, no... Habíamos acordado vernos pero nunca llegó y sigue sin contestar mis llamadas como te dije, ¿sabes algo? ¿pasó algo?...- nuevamente esa mezcla de nervio, preocupación y mucha tristeza.

El castaño dio un pesado suspiro desde el otro lado de la línea. El pelinegro se tensó aún más.

-Pato... Hablé con Vegetta hace un momento...- hizo una pausa en lo que pensaba como formular sus palabras y tragó saliva. Los segundos le parecieron eternos al de ojos grises- Luzu sabe. Sabe lo que pasó aquel día de la fiesta, sabe lo que me contaste, sabe todo- lo soltó por completo.

Sintió como si un balde de agua helada le cayera encima, se quedó estático, su respiración se cortó por uno segundos y sintió cómo su mundo se detuvo por un momento. Estaba en silencio, no sabía qué decir.

-Al parecer Luzu se encontró con su ex- las palabras de su amigo le golpeaban, sentía como si le estuviesen dando un puñetazo en el pecho- Parece ser aquel tipo se lo encontró o lo interceptó, no lo tengo claro, y hablaron un rato... Al parecer el tipo le pidió volver con él y en cuanto Luzu lo rechazó le contó sobre lo de esa noche. Dijo que amigos suyos le dieron unas fotos donde te ves con aquel chico y pues se las mostró a Luzu...- el pelinegro sintió su cabeza retumbar por aquella información, le dolía escuchar- Tras eso se fue pero creo que le dijo que seguirán en contacto... O al menos eso es lo que Luzu le ha contado a Vegetta, me dijo que hace unas horas hablaron y Luzu se encontraba fatal...

Cerró los ojos con fuerza mientras trataba de procesar todo. Su cabeza daba vueltas, su pecho dolía, sentía la boca seca, un revoltijo en el estómago y un nudo en la garganta. Juraba que podría vomitar del puro malestar emocional, se sentía horrible. Se sentía como una basura.

De todas las posibilidades que habían sobre que Luzu se enterara, justo cuando le planeaba contar el mismo día, y aún más por alguien tan conflictivo como lo es su ex pareja. Debía de ser una broma, el universo se estaba burlando de él.

Tragó saliva.

-¿D-dónde e-está Lu-zu?...- su voz temblaba, se entrecortaba de solo intentar hablar. Sentía que en cualquier momento se podría poner a llorar.

-Vegetta no me dijo pero puede que esté con él... Quackity, no sé qué decirte, esto es una mierda. Créeme que si pudiera hacer algo lo haría, pero-

El muchacho colgó la llamada sin poder dejar acabar a su amigo. Aguantando las ganas de llorar y con sus manos temblorosas deslizó por su pantalla del celular, su registro de llamadas, e intentó comunicarse con su chico.

Una llamada, dos llamadas, tres llamadas, cuatro llamadas... Todas mandaban a buzón de voz. Un sollozo se escapó de sus labios que hasta hace un momento estaban increíblemente sellados, uno más y otro más. De un momento a otro comenzó a sentir como lágrimas caían, sin más se rompió, el llanto se apoderó de él y sin poder contenerse comenzó a llorar. Lo dejó pasar unos segundos.

Se limpió las lágrimas como pudo y se puso a buscar cómo contactarse con el muchacho. 

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Bajó el celular para dejarlo sobre la mesa

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Bajó el celular para dejarlo sobre la mesa. Quedó en silencio total.

Aquellas palabras que le había dicho su amigo se repetían constantemente en su cabeza, todas y cada una de ellas. Recargó sus codos sobre la mesa y echó su cabeza sobre sus manos sosteniéndose a sí mismo, apretó su mandíbula mientras sentía como esta misma temblaba por la presión y en su soledad total se rompió a llorar una vez más.

Sollozos y palabras ahogadas intentaban escapar por su boca sin éxito, muriendo en su garganta, su respiración se agitó y sentía como había comenzado a hiperventilar; odiaba llorar, evitaba hacerlo por lo mal que se ponía pero ya no podía soportarlo. Ejerció presión sobre su cabeza con sus delgados dedos esperando que le ayudara a controlar el incesante dolor que sentía. Sollozaba y su cuerpo temblaba, su lloriqueo terminaba por callar un poco de sus pensamientos pero la sensación de sentirse como basura no se iba.

Recargándose con más fuerza siguió desahogándome consigo mismo. 










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¿Se sintió feo? Yo si sentí feo

Pipipi por Quackity 

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