Capítulo XI

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Ese sentimiento I

El sonido de las bolas de billar chocando entre sí junto con el ánimo de sus amigos le trajeron de regreso al mundo, parpadeó ligeramente en lo que reubicaba su mirada en la mesa de billar para ver qué había pasado con el juego.

—Vamoos, que con esta ya les llevamos 2 puntos por delante, tendrán que ponerse serios si no quieren perder eh, dale Pato, te toca— habló su amigo castaño quién sostenía un taco de billar y veía con burla a la pareja con la que jugaban. Al no oír respuesta de su parte le volteó a ver— ¿Quackity? ¿Estás bien? Te ves medio perdido.

—Eh, eh si si, aquí ando mi buen— no tenía ni idea de qué tanto había pasado en los últimos cinco minutos, había estado perdido en sus pensamientos— ¿Qué es lo que me toca hacer?

—Vaya, que el tío anda en las nubes de nuevo, seguro está pensando en Luzu— el más bajito alzó la voz con una molestia falsa. Alexby podía llegar a ser muy competitivo pero nunca se enojaba de verdad con sus amigos, simplemente eran bromas.

—Tranquilo Alexby, deja al chico fantasear— el muchacho de barba junto a él se le acercó aún más cruzándole el brazo por los hombros para quedar más pegados— Te puedo dar un beso para calmarte si quieres...— bromeó acercando su rostro hacia el muchacho.

—Anda ya Fargan, déjate de bromas— habló el pelinegro mientras apartaba el rostro del castaño del suyo. Se había sonrojado un poco pero no pensaba dejar que aquel lo supiera, no le iba a dar el gusto.

Rubius y Quackity voltearon a ver la pequeña escena formada entre sus dos amigos en silencio, en su mente ambos concluyeron que eran otros que no se animaban a dar el paso. ¿Pero qué daba un par de más de entre los tantos?

—Entonces, ¿estás bien Pato? ¿Hay algo que te inquieta?— volvió a indagar su amigo. El ver perdido a Quackity era mala señal hasta hace poco, ahora solo quería comprobar si todo estaba en orden.

—Sí, solo estaba pensando en unas cosas, nada malo— esbozó una pequeña sonrisa.

—Hmm—musitó el castaño, el tono de su amigo no le convencía— ¿Todo sigue bien con Luzu?

—Eh sí, de hecho todo está volviendo a estar de maravilla— una sonrisa más genuina se formó en su rostro. Habían pasado tres semanas desde la reconciliación entre Luzu y Quackity, desde entonces las cosas habían prácticamente vuelto a la normalidad, como si nada hubiese pasado, no ignoraban lo acontecido sino que habían aprendido de ello; tenían una mejor comunicación y la relación avanzaba con mejoría. Ambos se sentían bastante felices. Sin embargo, había una nueva espinita que molestaba a Quackity, no terminaba definir qué era— En realidad si estaba pensando en Lusu...

—¿Y todo bien con eso?— ahora los tres amigos le prestaban su atención al menor, lo observaban en silencio.

—Sí...— hizo una leve pausa en lo que desviaba su mirada a la mesa de juego frente a él, pensó unos segundos— Chicos, ¿qué se siente amar a alguien?

Esa pregunta tomó por sorpresa a sus tres compañeros, se miraron entre ellos sin decir palabra y luego regresaron su mirada hacia el pelinegro quién ahora les veía esperando respuesta. Estaban extrañados respecto a esa pregunta, ¿a qué venía?

—¿P-por qué preguntas eso Pato?— quiso averiguar más.

—Bueno, estos últimos días he pensado algunas cosas y creo que ando un poco confuso— seguía esperando respuesta pero sus amigos se seguían viendo igual de perdidos.

—¿Tu no sabes la respuesta?— preguntó Alexby rompiendo el silencio— Es decir, ¿no amas a Luzu...?

Hubo otro pequeño silencio. Se veían entre ellos, como si sus miradas estuviesen jugando al ping pong.

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