MIEDO

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Después de la llamada de Yoongi avisando que el señor Park iba al hospital, dejaron más tranquilo al gerente y salieron de ahí para ir todos hacia allá.

El señor Park estaba tranquilo, después de que Hoseok le contará de manera fantástica como ocurrió todo, el solo durmió.

Namjoon entregó en la comisaría ochenta y siete hombres japoneses, Yoongi explicó que los llevó el, por que tenía el transporte muy cerca para poderlos llevar a todos, además soportó con los videos otorgados por el gerente de los Park, donde probaba que llegaron armados y amenazando al personal.

Ante la mirada del oficial Min, Namjoon recibió agradecimientos de la comisaría completa.

-No te sientas muy cómodo, si te encuantro haciendo algo indebido, meteré tu trasero a la cárcel por muchos años Kim. - Min amenazó.

El alto Namjoon hizo un guiño a su amigo de la policía.

-Me retiro que iré por el amor de mi vida a su trabajo - se despidió de los oficiales - Yoongi, te veré luego.

Hoseok y Taehyung, sugirieron a Jimin y Jungkook fueran a ducharse y descansar un poco, ya que ellos ya lo habían hecho.

Más tarde llegaron a una destruida casa propiedad de los Park. Había empleados aún limpiando, albañiles reponiendo lo destruido, mucho ruido en realidad.

Jimin subió a bañarse, se cambió de ropa se perfumó y bajó. Se encontró con el guardaespaldas más atractivo que sus ojos vieron jamás. Además de tener un cuerpo de no dejar escapar, ojos donde podría mirarse el día entero, pues además de todo eso, verlo vestido de negro completamente era ver pasar ante sus ojos una ola de sensualidad pura con el nombre de Jungkook.

-Creí que dormirías - Jimin le dijo casi a gritos.

-¿podrías? - contestó el guardaespaldas.

-No, claro que no pero deberíamos ir entonces a....

Jungkook tomó de la mano al joven Park, lo condujo hasta la oficina del señor Park. Retiró una conocida fotografía de la pared, tecleó algunos números, la también conocida puerta se abrió.

Ambos entraron y cerraron la puerta.

-Mucho mejor, - dijo Jimin, sentándose en la pequeña cama, aliviado del ruido exagerado.

Jungkook tomó asiento a su lado, pero sus inquietas manos, no pudieron quedarse en paz, abrazó con necesidad, recibiendo como respuesta un cándido beso.

Un beso que de a poco se hizo más poderoso, un beso que viajo de la boca al cuello y volvía a dejarse hacer a voluntad de la lengua del guardaespaldas.

La ropa del rubio fue desprendida por sus propias manos....

Mientras lo hacía, él, ese chico de negro, se había quitado rápidamente la suya, quedando en boxer como Park.

Se posicionó frente a Jimin sobre la cama, pudiendo ver que en sus ojos como se había encendido un fuego, pues le miraba como un cazador que quiere devorar a su presa. Sentir esa fuerte miraba enloqueció aún mas al heredero de Park , aunque también le daba un poco de miedo.

Jungkook se colocó entre sus piernas, poniéndolas sobre sus hombros. Sintió su masculinidad endurecida contra su trasero, aún protegido por el boxer. Luego, le acarició el rostro para besarme.

-Tranquilo, te vas a sentir muy bien.- esas siete palabras fueron suficientes para mandar el mundo a rodar...

Comenzó el osado guardaespaldas a lamerle el cuello subiendo con su lengua hasta detrás de sus orejas. Las manos del rubio se aferraban a sus piernas para resistir las embestidas. Sintiendo como su miembro se hacía más duro y amenazaba con salirse del bóxer, el rubio comenzó a gemir.

CUIDANDO DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora