PRIMO

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Jungkook saludó a los dos chicos, el sabia perfectamente quien era Seokjin, su hermoso Jin. El rubio era su primo, y curiosamente el rubio era el niño que esperaba. Error número uno, jamás preguntó la edad del supuesto niño.

Abrió el folder que él hombre mayor entregó, y a pie de página decía :

~Park Jimin

13 de Octubre de 1995

Esrudios finalizados en Danza, Pintura, literatura universal y poesía.

Miembro honorario de la casa de la cultura norteamericana.~

Jungkook no siguió leyendo más, nomas dio el cerrón de golpe al folder. Levantó su cabeza para mirar a ambos. Los dos chicos lo veían interrogantes.

-Señor Park - dijo al fin Jungkook - mi nombre es Jeon Jungkook, seré quien cuide de ustedes a partir de hoy...

-El señor Park es mi papá, a mi puedes decirme Jimin, por favor no te vistas así de aburrido, pareces uno de esos guardaespaldas de las películas y me da miedo, siempre temina pasándole algo al que cuidan - el rubio habló tan fresco como si llevara de conocer a Jungkook de toda la vida.

Una sonrisa del guardaespaldas brotó mágicamente de su boca mostrando los perfectos y blancos dientes.

-Wooo - expresó el rubio al ver lo hermoso que eso se vió. - Valió la pena volver Jin, si todos los chicos en corea son tan hermosos como el, ya me imagino. - Dime por donde Jungkook.

-¿Por donde? - cómo ido de la impresión por lo que escuchó del rubio y tener a Jin enfrente aunque el ni enterado que es con quien platica largas horas.

-Jungkook esta algo mal contigo, tal vez termine cuidándote yo a ti más de lo que tu me puedas cuidar, estas como tontito, quiero que me digas por donde irnos para ir al coche, no que literal me dijeras la frase " por donde"

-Lo siento señor Park, Es por aquí - le dijo caminando hacia la salida. De repente paró de tajo su paso - un momento, ¿Su equipaje? - Jungkook volteaba a todos lados, ninguna maleta había junto a los chicos, el hombre que le entregó el folder tampoco estaba. Con que loca familia firmó contrato.

-Cariño, el equipaje llegó desde ayer, solo venimos con esto - el rubio mostró una pequeña maleta en su mano, regalandole la más linda sonrisa.

El guardaespaldas quedó idiotizado viendo esa cara, sus labios, vaya esos labios que haciendo el perfecto medio círculo de la mas tentadora sonrisa, sus ojos cerrados por completo y las mejillas abultadas de un color rosa radiante.

-Jungkook, despierta - Jin lo sacudió - Jimin nos contrataron a un guardaespaldas idiota - Jin dijo burlándose de Jungkook.

-Perdone señor Park, yo - nervioso tartamudeó el señor guardaespaldas.

-Te entiendo, no te preocupes, causó ese efecto en la a personas, solo indícanos por donde ir - el rubio no dejaba de sonreír. Y Jungkook no dejaba de tener pensamientos de otro nivel, de reojo vio a Jin y se dio un fuerte regaño. Sentía que estaba siendo infiel a su Jin de Miami.

El viaje en coche fue refrescante y motivador, el conductor o sea el mismísimo Jungkook en persona, además de llevarlos a la mansión Park, les daba una breve platica de los lugares importantes que iban pasando.

Jimin estaba emocionado, toda la cultura de su país era hermosa, su amplio conocimiento en arte y de historia los usaria sin más en el puesto que desempeñaria a partir del día primero del siguiente mes en el instituto de cultura y arte de la Ciudad de Seúl.

Así que escuchaba con atención a su guardaespaldas. Después de todo no era tan tonto, sabía cosas que ellos no y las decía con toda soltura, escuchar de su voz le hizo saltar el corazón, sentía que lo conocía a pesar de ser la primera vez que lo veía.

CUIDANDO DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora