Sins of the Father [Harry Potter]

Capítulo 5: La confesión de Rose

Capítulo 5: La confesión de Rose

Conforme pasaban las estaciones, el año escolar iba avanzando. Para Scorpius, las clases se habían tornado complicadas, en especial cuando se trataba de historia de la magia. Los nombres y las fechas eran muy difíciles de memorizar por más que estudiara. Por el contrario, la clase de Defensa contra las artes oscuras captaba su atención. Era increíble la cantidad de hechizos que podía aprender, pues para él, era más importante practicar que leer. Este pensamiento no fue compartido por Rose, quien se hallaba elaborando un amplio sistema de estudio compuesto de resúmenes y lecturas semanales.

—Para hacer bien los hechizos debes entenderlos — dijo una vez la pelirroja a Albus al tiempo en el que abría un grueso libro —¿Ves? aquí habla sobre el encantamiento Diffindo. Solo debes mover tu varita así.

Rose movió la suya apuntando a un papel, el cual se partió en dos a la vista de sus amigos.

A diferencia de su prima, Albus había tomado las cosas con más calma. Él no era malo en los estudios, pero prefería pasar el tiempo observando las prácticas de Quidditch y los juegos junto a Scorpius, anotando todo para luego practicar. Sus habilidades en pociones habían mejorado gracias a las largas sesiones de estudio que había tenido con Orla en la biblioteca, con quien descubrió una habilidad especial para ello. De hecho, era la única persona con la que Albus no se quejaba de estudiar. Scorpius no pudo evitar preguntarse si se debía a la clase o a algo más. Orla, como ya se lo esperaba Scorpius, hacía honor a su casa. Para ella algunas materias eran más fáciles de entender que otras, en especial por Estudios muggles, curso por el cual tenía una gran fascinación ya que su padre trabajaba en una sección del ministerio dedicada a ello.

—¿Ves? Es fácil, ahora tu. — insistió Rose.

Albus rodó los ojos con fastidio. Rose podía ser un poco pesada cuando quería, en especial si se trataba de aprender. Pero, lejos de sentirse confiada por sus propios conocimientos, se presionaba a sí misma para sacar las mejores calificaciones. Scorpius comprendía la razón, pues tanto ella como Albus cargaban con un apellido al que no querían decepcionar, lo que la llevaba a esforzarse de sobremanera. Aquello había llegado a su punto más alto hacía unas semanas, cuando recibieron sus primeras notas del año. Orla había sacado el mayor puntaje de los cuatro, lo cual dejó contrariada a Rose, quien empezó a repasar ambos trabajos para ver en que se habían equivocado. A partir de ese momento, la pelirroja se había ausentado más seguido con la excusa de ir a la lechucería. Según lo que reveló una vez, le enviaba constantes cartas a su madre, la cual las respondía con dulces y otros obsequios. Sin embargo, cuando dejó de aparecer en el patio donde siempre se encontraban, la preocupación empezó a crecer en los tres.

—¿Qué creen que le esté pasando? — preguntó Scorpius a sus amigos mientras bajaban de la torre sur luego de la clase de Encantamientos.

—No lo sé, ella es complicada — resolvió Albus haciendo un esfuerzo por cargar dos pesados libros.

Orla, quien se hallaba en medio de ambos, le dio un codazo en las costillas.

— ¡Claro que no! — chilló.

— Seguro volvió a sacar una mala nota y.. ¡Oye, ya no cargaré más tu libro! — se quejó Albus mientras se retorcía por golpe.

— Entonces yo no te ayudaré en pociones — respondió Orla sacándole la lengua.

Si no avanzamos rápido, llegaremos a la lechucería tarde y tendremos problemas — habló rápidamente Scorpius bajando los escalones de dos en dos — ¡Rápido!