Mi futuro con el Villano

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Bai Jing se limpió la sangre, miró la herida y dijo: "La bala está atascada dentro. Necesito sacarlo."

"Señorita Bai, esta es una herida de bala. ¿Sabes cómo tratarlo? Si no lo hace, no pretenda ser el jefe. De lo contrario, te avergonzarás a ti mismo y a los demás".

Bai Jing no dijo una palabra. Estaba revisando la caja de medicinas y encontró que no había anestesia para inyección.

Xia Ying vio que Bai Jing no refutó y usó su sarcasmo para burlarse de ella, "¿Qué? Yo tenía razón. Ya lo he dicho antes. ¿Cómo podría una flor de invernadero como tú acostumbrarse a una vida tan sangrienta? Una flor delicada debe vivir en el entorno en el que debe estar. No debe forzarse a sí misma a seguir al gran árbol. La felicidad que se ve obligada a tener no es la verdadera felicidad".

"Arriesgué mi vida para obtener el mapa del cuartel general de Satanás para que florecieran las ramas y las hojas del gran árbol. Me uniré al gran árbol y daré la bienvenida a todo el viento, la lluvia, los truenos y los relámpagos. No seré una rosa que se aferra al gran árbol".

"Con este mapa del cuartel general, es solo cuestión de tiempo antes de que acabemos con Satanás. Con Satanás fuera, mi carrera encubierta habrá terminado. El problema de estar expuesto no es un problema en absoluto".

"No hay más anestesia. ¡Lo eliminaré directamente!"

Bai Jing de repente interrumpió el diálogo interno de Xia Ying, lo que la sorprendió por un momento antes de mirar a Bai Jing. "¿Que acabas de decir?"

Bai Jing señaló la caja de medicinas. "Acabo de decir que no hay más anestesia. Quiero abrir la herida y sacar la bala directamente. Una mujer fuerte como la señorita Xia, que pasa por batallas sangrientas todos los días, no necesitaría ningún anestésico para extraer la bala".

El rostro de Xia Ying se puso pálido al instante.

"Solo una flor como yo tendría miedo del dolor y la sangre. Señorita Xia, ¿estoy en lo cierto?"

Xia Ying se había jactado antes, ¿Cómo podía decir que tenía miedo en un momento como este?

Apretó los dientes y le dijo a Bai Jing: "No tengo miedo al dolor. ¡Me temo que no sabes qué hacer! ¡No importa si muero, pero si muero, nadie podrá ayudar al jefe a derrotar a Satanás!

"¡Solo sangraste tan poco, muérete!"

Bai Jing tenía una mirada de desdén en su rostro cuando comenzó a tratar sus heridas. Debido a que estaba impaciente con Xia Ying, sus manos se volvieron más rápidas y feroces. Xia Ying abrazó la caja de madera con fuerza por el dolor mientras miraba sin pestañear a Si Qian. Nadie sabía si estaba buscando la comodidad de Si Qian o si estaba tratando a Si Qian como un anestésico.

Los movimientos de Bai Jing fueron muy rápidos. En menos de un minuto, se extrajo la bala, seguida de suturas y vendajes. Se hizo de una vez. Incluso Xia Ying no pudo evitar sorprenderse por el hábil tratamiento de la herida por parte de Bai Jing.

Después de que Bai Jing terminó de vendar todo, Xia Ying de repente dejó escapar un suspiro. Su rostro estaba pálido mientras miraba a Si Qian con algo de agravio y deseo.

Chou Hai tosió suavemente y apartó la cara con torpeza. La mirada de Si Qian había estado siguiendo a Bai Jing todo el tiempo. Miró sus hermosos dedos que eran como teclas de piano danzantes, tratando hábilmente las heridas. Una vez más, sintió que su esposa tenía cada vez más secretos.

Xia Ying vio que Si Qian había estado mirando a Bai Jing. El profundo amor en sus ojos era lo que más anhelaba en su vida. Sin embargo, Si Qian se lo había dado a Bai Jing sin retener nada. ¿Cómo podría estar tranquila?

Xia Ying fingió ser débil mientras levantaba la caja de madera hacia Si Qian. Estaba planeando caer en los brazos de Si Qian cuando él se acercó a la caja de madera. No creía que él no tuviera piedad de ella.

La base de datos de Bai Jing ya había anticipado el plan de Xia Ying. Justo cuando Xia Ying levantó la mano para hablar, Bai Jing cayó en los brazos de Si Qian. "Estoy cansado. ¡Llévame de vuelta a la cama!

Si Qian inmediatamente se puso nervioso. Dio instrucciones a Chou Hai para que cuidara de Xia Ying. Sin siquiera mirar a Xia Ying, cargó a Bai Jing y se fue.

Xia Ying estaba tan enojada que sus pulmones estaban a punto de explotar. Golpeó la caja de madera contra el cuerpo de Chou Hai y él la atrapó rápidamente. Miró a Xia Ying con preocupación, pero no sabía cómo consolarla.