Ju€go de b@j@ dim€nsión (2)

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Capítulo 240: Reino de sirenas

Un Thunder Ray gigante atravesó la superficie del océano. Había una mujer en topless acostada encima del Thunder Ray.

Su cabello azul ondeaba al viento, mientras que su larga cola de pez se deslizaba sobre la superficie del agua y salpicaba. Mientras se abría paso, el Thunder Ray gigante lanzó un aura similar a la de un depredador de una bestia mágica del más alto nivel. Todos los monstruos y bestias mágicas estaban aterrorizados por esta aura.

El Rayo Trueno era el verdadero hijo del Dios del Mar, y quien lo controlaba era una sirena que también era descendiente de sakun. Habían pasado unos cien años desde el nacimiento de la raza sirena. Desde ese momento, se habían convertido en un grupo bastante grande.

En este momento, la sirena que montaba el Thunder Ray de repente notó una sombra gigante en el cielo. Levantó la cabeza y vio un castillo volador que acababa de aparecer de las nubes bajo el sol.

“¡Alabado sea el Dios del Mar!” Abrió mucho los ojos y exclamó. Podía ver el castillo volador pasando a través de las nubes, dirigiéndose hacia el Continente Remolino.

El castillo volador gigante apareció como una pequeña isla en el cielo. Cualquiera se sorprendería.

En ese momento, la estructura social de las sirenas era todavía una sociedad matriarcal. Como tal, las sirenas femeninas tenían el poder más alto y gobernaban a las demás clases.

Aparte de los cientos de sirenas regulares, había otra rama de descendientes que se conocían como los sahagins. Su nombre oficial, que fue dado por Lu Zhiyu cuando enumeró la especie en el continente Alen, era Koutao sahagins.

Estos sahagins de Koutao, en comparación con las hermosas sirenas, eran más como mutantes anormales. Sus cabezas eran grandes y feas, y sus cuerpos estaban llenos de escamas. Además, sus manos y piernas estaban unidas por correas.

Aparte de sus enormes cuerpos y su fuerza física superior, los sahagins de Koutao no eran nada especial. No eran inteligentes y no tenían ningún poder especial.

Su esperanza de vida era cercana a la de los humanos normales. De hecho, lo único destacable de ellos era su reproductividad.

Después de existir solo durante unas pocas décadas, los sahagins de Koutao ya habían alcanzado los cien mil en número. Vivían en los lagos interiores y las tierras del Continente Remolino.

Las sirenas controlaban a estos sahagins Koutao, haciéndolos construir palacios y esclavizándolos. Había una ciudad de sirenas cerca del lago interior del Continente Remolino, que estaba rodeado por un río.

Las entradas de cada edificio dentro de la ciudad tenían un río que fluía a través de ellas. Como tal, esta ciudad fue construida sobre el agua, y se llamó Ciudad Alada.

Corrientes de agua pasaban por la ciudad. El palacio central incluso se construyó con una piscina, una fuente y una montaña falsa con una pequeña cascada en su interior.

Túneles de aguas profundas conectaban cada parte de la ciudad. Eran como caminos para las sirenas. Como tal, muchas sirenas y Koutao sahagins pasaban por ellos diariamente.

Sus hermosos cuerpos a menudo se podían ver en el agua. Cuando algunas sirenas saltaron del agua, sus colas de pez se convirtieron en piernas humanas. Luego, caminaron lentamente hacia el palacio.

También había guardias de Koutao sahagin, que sostenían tenedores como Poseidón en todas partes del palacio. Sin embargo, las sirenas mismas no tenían guardias, sin mencionar ejércitos.

Solo usaban armas para cazar. Aparte de algunas bestias mágicas, no tenían enemigos.

Las hermosas sirenas no consideraban a los sahagins de Koutao como de su propia especie. Por eso esclavizaron a los sahagins de Koutao. De esta manera, la mayoría de los Koutao Sahagins se convirtieron en esclavos de las sirenas al nacer, y fueron obligados a servirlas hasta que murieran.