Ju€go de b@j@ dim€nsión (2)

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Capítulo 236: El rastro de la sirena

Marina sabía que su maestro Akkad había venido de la tierra santa de los magos, la torre de los magos. Sin embargo, ella no sabía muchos detalles sobre la torre de magos en sí.

Aparte de los pocos estudiantes de Akkad, Marina nunca había conocido a otro mago. A los ojos de Marina, su maestro Akkad ya era el hombre más fuerte y sabio del mundo. Nunca había esperado que su maestra también tuviera un mentor.

¡Eso debe significar que el maestro de Akkad ya tiene más de cien años! ¡Es mayor que el abuelo de mi abuelo! ¿Ha vivido ya durante cientos de años?

Mientras Marina intentaba averiguar la edad de Lu Zhiyu, llegó lentamente al puerto. Estaba vestida con un bonito vestido naranja y llevaba un reloj de cuero en su pálida muñeca. El reloj era algo raro de contemplar, incluso en Tut City.

“¡Hola, Sra. Marina!”

"¿Vienes de compras otra vez?"

“¡Tengo algunas cositas lindas! ¿Quieres echarles un vistazo?

“¡Tengo libros del Oeste! Sra. Marina, ¿le gustaría ver?”

Marina era muy popular entre los comerciantes del puerto, quienes le gritaban que fuera a ver sus productos. Ella era una de las compradoras favoritas de esos comerciantes. Esto se debía a que, aparte del hecho de que era una chica bonita, la riqueza de los alquimistas era de conocimiento común.

Como Marina era alumna de Akkad, esto la hizo aún más popular. Muchos barcos del exterior, así como los comerciantes de la ciudad, a menudo le daban a Marina artículos que le gustaban gratis. Hicieron esto para construir conexiones con el Taller de Alquimia de Akkad.

“¡Señorita Marina, ha llegado justo a tiempo! ¡Iba a buscarte! Cogí una cosa rara en el mar. ¿Quieres echar un vistazo? un comerciante le gritó.

El barco del mercante acababa de llegar al puerto y el oficial de impuestos lo estaba revisando y cobrando impuestos. El barco era un poco viejo y su tripulación estaba ocupada descargando sus mercancías.

El viejo comerciante estaba de pie frente al barco, agitando los brazos y llamando a Marina. Su rostro estaba lleno de emoción.

"Viejo Ganster, no me engañarías dándome la placa de piedra de Sofawk de los orcos y luego diciéndome que era un antiguo tesoro humano, ¿verdad?" Marina se cruzó de brazos y miró al anciano con cierta sospecha en los ojos.

El anciano de repente se volvió incómodo, abanicando sus manos salvajemente. "¡No! Eso fue solo la última vez, ¡un lío! Esta vez, todos mis productos son realmente buenos. ¡Ven a echar un vistazo por ti mismo!”

Marina lo siguió a regañadientes al barco. Vio a Ganster sosteniendo dos cubos grandes, que luego puso frente a Marina. Marina tensó su rostro y preguntó: “¿Qué es esto? ¿Sigue vivo?

El anciano le sonrió misteriosamente y abrió la tapa de madera de los baldes. Mientras Marina miraba dentro del balde, ¡su cara fue repentinamente golpeada por un chorro de agua que salió disparado desde adentro!

Marina gritó. Después de limpiarse el agua de la cara, ¡vio a un niño pequeño dentro del balde! Era una niña pequeña, y miraba maravillosamente a su alrededor con sus grandes ojos llorosos.

Su cabello era azul, como el mar, y su rostro tenía dos rayas azules. ¡Lo más llamativo de ella era su mitad inferior, que era una larga cola de pez!

¡Era una sirena! Medía menos de un metro de altura y parecía una niña pequeña.

"¡Ay dios mío! ¿Qué es esto?" Marina jadeó.