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Después de unas semanas de almorzar juntos, Jimin se preguntó qué demonios tenía Jungkook en la cabeza para arruinar así su propia popularidad en la universidad, juntándose todo el tiempo con él, olvidando por completo a sus amistades que solían seguirlo a todas partes, incluyendo las numerosas fiestas que se celebraban por las razones más absurdas.

Se sentía incómodo y torpe con las muletas, y tenía dificultades para llevar su bandeja de comida a la mesa. Comenzó a pensar que sería mejor dejar de ir a la cafetería y quedarse en la biblioteca para el almuerzo, al menos siempre se encontraba vacía, sin embargo, Jungkook no estaba dispuesto a dejarlo solo. Se acercó a él en el pasillo y le ofreció su ayuda para llevar su bandeja de comida, ayudándolo a trasladarse casi todos los días.

Jimin estaba agradecido, pero al mismo tiempo se sintió incómodo. ¿Por qué Jungkook estaba siendo tan amable con él?

Jungkook notó la incertidumbre en los ojos de Jimin y le aseguró que no había ningún problema en ayudarlo. Era algo que amaba hacer, consolarlo ante todo.

— Somos amigos, ¿no? — Dijo Jungkook, y le dio una sonrisa tranquilizadora.

Tenía que admitir que todavía estaba un poco confundido acerca de por qué Jungkook, el chico más popular de la universidad, se había acercado a él en primer lugar. Aunque habían estado comiendo juntos durante varios días, Jimin todavía no entendía completamente la situación. Se preguntaba si Jungkook tenía una razón oculta para pasar tiempo con él. Después de todo, era un chico popular y apuesto, mientras que Jimin era un poco tímido y no destacaba demasiado en el campus, al menos era lo que él quería creer, aparte de que odiaba exponerse ante el resto. Además, Jungkook tenía cierta reputación de ser un chico malo, no genuinamente malo, pero sí un poco más difícil de manejar, alguien que podía ponerse a pelear si herían su honor, mientras que Jimin era más tranquilo y reservado. ¿Por qué estaría interesado en él?

A pesar de todas esas dudas, Jimin no podía negar que disfrutaba de la compañía de Jungkook. Era divertido y amable, y siempre parecía estar interesado en lo que Jimin tenía que decir.

— ¿Por qué quieres ser mi amigo? — La pregunta pretendía ser inocente, pero se podía notar el dolor en su tono. Él no podía evitar verse bajo una luz negativa.

— Todos los días me lo preguntas, y todos los días lo responderé. Creo que eres la persona más genial del mundo.

Jungkook se aseguraba de que Jimin tuviese suficiente comida. Siempre compartía su comida con él, incluso si eso significaba que él mismo tendría que comer menos. A veces, incluso compraba postres y dulces simplemente para hacerlo sonreír. Jimin estaba agradecido por su generosidad, pero también se preocupaba por él. Quería que Jungkook comiera lo suficiente y no se preocupara tanto, pero Jungkook insistía en que estaba bien, que quería hacerlo feliz.

— Me preguntaba si quieres salir a tomar un refresco por ahí. — Jimin estrujó las puntas de su suéter bajo el mesón, encontrando alivio en ese gesto.

Los dulces ojos de Jungkook le recibieron con tanta ternura, que un poco de su ansiedad disminuyó.

— Me encantaría acompañarte, ¿dónde quieres ir?

— Pues... hay una nueva tienda y dicen que venden refrescos ricos. Al menos eso decían en los comentarios.

— Habrá que comprobarlo entonces. — Jungkook le sonrió, quitándole un mechón del rostro con tanta delicadeza que su corazón se aceleró. Ambos no podían dejar de sonreírse con mejillas rosadas y ojos que no dejaban de transmitir dulzura. Había un cambio en el aire, una sensación de electricidad que flotaba entre ellos.

HOSPITAL BEDS 病院 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora