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Jungkook estaba emocionado por la sorpresa que tenía preparada para Jimin. Sabía que a éste le encantaba recibir pequeños detalles que demostraban lo mucho que lo apreciaba, y por eso decidió llenar su casillero de flores y globos para alegrarle el día. Además, había preparado un almuerzo especial que sabía que disfrutaría. Era un tanto exagerado, quizás lo tomaría con la guardia baja y lo confundiría, pensando que buscaba conquistarlo. Eso no estaba lejos de la realidad, pretendía cortejarlo como un caballero antiguo, con obsequios y muestras de su amor sincero, pero ese día en particular solamente tenía ganas de mimarlo sin dobles intenciones.

Después de la pelea, la única repercusión que enfrentó fue el ser ignorado por su viejo grupo de amigos, cosa que no le importaba en lo absoluto. Había explicado la situación a su jefe de carrera, quien les perdonó debido a que apenas estaban comenzando y fue sinceramente una tontería por ambas partes. Lo único que le molestó, fue tener que pedir disculpas y actuar como si todo estuviese mágicamente solucionado. Le sería imposible olvidar lo mal que habían hablado de Jimin, aparte de que lo obligaron a actuar como un chico heterosexual, cuando contrario a eso, le gustaban los hombres. Le gustaba Jimin siendo más concretos.

Desde temprano en la mañana, Jungkook se puso manos a la obra. Comenzó por comprar las flores y globos que llenarían el casillero de Jimin. Fue difícil encontrarlos a la hora que quería, principalmente porque abrían las tiendas cerca de las nueve de la mañana, así que faltó a la primera clase con tal de tenerlo todo arreglado. Sabía que a Jimin le gustaban mucho los tulipanes, por lo que compró un ramo de ellos en diferentes colores, un gasto que dolería en su bolsillo, pero que valía absolutamente la pena para verlo sonreír después de tantos problemas. También compró varios globos de colores brillantes, del tipo metálicos, con dibujos cursis de caricaturas anticuadas, y los infló con mucho cuidado para que no se le escapara ninguno.

Una vez que tuvo todo listo, se dirigió a la universidad, emocionado por ver la reacción de Jimin cuando descubriera la sorpresa que le había preparado, se sentía como un niño pequeño, él mismo no podía dejar de sonreír. Llegó temprano para poder colocar todo en el casillero de Jimin antes de que llegara. Se suponía que la primera clase duraba cerca de dos horas y media, tenía una media hora aproximadamente para arreglarlo todo, lo que le parecía tiempo de sobra.

Jungkook abrió el casillero de Jimin con cuidado y comenzó a colocar las flores adentro y los globos en el exterior. Se sabía la clave, la compartieron en un almuerzo donde se la pasaron riendo después de confesar que ponían los números más absurdos como claves, números inspirados en tonterías con tal de que nadie pudiese adivinarlos. Quería que fuera una sorpresa bonita y llamativa, que hiciera que Jimin se sintiera especial y querido. Cuando terminó, se quedó unos minutos admirando su trabajo, satisfecho con el resultado.

Algunos estudiantes que pasaron ahí se detuvieron para charlar suavemente sobre lo que estaba sucediendo entre Jungkook y Jimin. Ya todo el campus sabía que los dos eran una pareja, cuando ni siquiera habían hablado de sus sentimientos. Luego de que se peleó en la cafetería, su popularidad de alguna manera escaló hasta el cielo. Perdió a sus viejos amigos, ganó miradas de admiración y a personas que realmente creían que era el novio perfecto. Sinceramente, no se sentía de esa manera, pero esperaba estar a la altura cuando pudiese confesar sus sentimientos.

Después de dejar la sorpresa en el casillero de Jimin, Jungkook se dirigió a la cafetería para asegurarse de que el almuerzo que había preparado se encontrara perfecto. Sabía que Jimin era un gran fanático de la comida coreana, así que decidió preparar unos platos típicos que sabía que le encantarían. En sí, él era un pésimo cocinero, no importaba cuánto amase su cultura, lo único que sabía hacer eran fideos con salsa, y si se sentía un poco más atrevido, les echaba algo de queso. Tuvo que salir por completo de su zona de confort con tal de entregarle a Jimin un pedacito de felicidad después de todas las desgracias.

HOSPITAL BEDS 病院 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora