Capítulo 6

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Se escucha el resonar de unos aplausos que llenan todo el lugar donde me encuentro. Hace mucho frío allí.

No oigo voces pero empiezo a sentir el roce de una mano acariciando mi cabello, lo hace tan delicadamente que me confunde.

Para luego volver a escuchar esa nueva voz.

-Hace tiempo debías estar aquí pequeña. Todo está listo te guste o no.

-Ni que tuviera opción,- salen esas palabras de alguien más que está ahí pero no noté su presencia. Sonaba como una voz mucho más joven que la que me estaba hablando.

En realidad no tengo idea de que hablan, de cuántos son o si son todos hombres, solo sé que quiero salir de ahí, me asusta el hecho de estar capturada con personas desconocidas aunque no todo se me hace desconocido.

Prenden la luz y se me aclara la vista permitiéndome ver aún si la claridad que ilumina el lugar no es tan reluciente.

Tengo curiosidad pero no me atrevo a levantar la mirada.

Mi vista es fija hacia el piso en dirección de unos zapatos negros, sin embargo mi mente no está ahí, solo puedo pensar en todo lo q harán conmigo, el miedo me consume, y me da rabia por ser tan cobarde.

En ese preciso momento me viene Martin a la mente y estoy segura que todo esto es culpa de él, lo odio con todas mis fuerzas.

Ojalá no tenga que verlo nunca más.

El hombre de la voz que se me hace conocida me levanta por el mentón para que alce la mirada hasta que puedo ver su rostro.

Una persona que oscila entre los treinta años.

En eso me percato que estoy en un cuarto con tres hombres vestidos de negro con corbatas.

Dos de ellos me observan mientras que otro está recostado a la pared y tiene la mirada en su móvil con un cigarro en la mano izquierda.

Se ve joven y muy extraño por los tatuajes que recorren su cuello.

Recapacito mi situación y vuelvo la mirada, observa cada detalle de mi rostro pausándose en mis labios y ojos.

Me pide que me levante pero realmente no podía, seguía con los pies atados. Me observa los pies y al parecer se da cuenta, me quita los amarres y el pañuelo entre mi boca dándome una sensación de alivio... -ya me dolía-

Me levanto con las manos aún atadas y me ordena que lo siga, siento que el corazón se me quiere salir cuando camino entre dos de ellos.

Abren una puerta grande de hierro dejando a la vista algo como si fuera un puerto.

La noche se funde en un hondo nudo, totalmente oscura, dejando ver como a unos cien metros un barco grande con pocas luces.

Mientras avanzamos hay personas caminado de un lado a otro, pero con expresiones de pánico, parecían mirar al joven del cigarro y comentar de él.

No hago mucho caso a eso y me concentro en el gran barco ya frente a mí, sabía lo que iba a pasar, no era tan boba.

Tal vez no vuelva a ver a mi familia. Sabe Dios cómo están mis hermanos, qué les hicieron?.

Ya era muy tarde para lamentarme de haber tomado una decisión tan estúpida.

Realmente me daba igual lo que hicieran conmigo de ahora en adelante.

Lo único que pasa por mi mente es que cogerán mi cuerpo para traficar drogas, qué más podía ser.

Lo pienso y me da escalofríos.

Se siente el olor a mar, la noche disminuye su temperatura con el pasar del tiempo y yo ando con la ropa rota.

No se bien que me hicieron, estuve el tiempo suficiente dormida para que me trasladaran a este lugar sin darme cuenta.

El estómago me ruge de hambre y por mucho que no quisiera hacerle caso había pasado muchas horas sin alimentarme.

Me obligan a subir a ese barco el cual zarpa apenas montamos.

Hay varios hombres mirándome y solo concentro la mirada en el cielo, me siento en una esquina y mi cuerpo fundido en el cansancio se queda dormido.

▪️▪️▪️
Todo borroso, personas gritando pero se escucha lejos, humo por dondequiera, mi padre gritando mi nombre, no me puedo levantar, mis pies me pesan. Alguien se acerca y me levanta cargándome por los pies y la espalda.

-¿Puedes hablar ? -me preguntan con una voz ligera en muestra de preocupación.

Yo no decía nada, me quedaba tratando de descifrar ese rostro que no podía ver bien. Los ojos se me cerraron mientras escuchaba la sirena de una ambulancia. Para luego sentir una gran explosión a pocos metros de mí.

***

La claridad del día me despierta con algunos rayos del sol en mi cara. Aún seguimos en alta mar y tengo los labios resecos.

-¿A dónde me llevarán?-digo en voz alta-

-Ya se despertó la princesa...-lo interrumpe una mujer que se aproxima a mí.

-Omán déjala tranquila y ponte a hacer tus cosas.

Ella trata de ayudarme a pararme pero desconfío, ya no se en quién confiar. Tiene el pelo teñido de rojo y es muy blanca. Me brinda un pomo de agua y no dudo en tomarlo. Bebo lo más rápido que puedo y después le agradezco.

-¿Quieres de comer?-me pregunta como si se preocupara por mí.

-No gracias.-Mi cuerpo me pide a grito decir un si pero no conozco a ninguna de estas personas y no se que quieran.

Aunque después de todo es la única que me ha brindado alguna muestra de caridad. Me toma de la mano y me hace entrar con ella al sótano del barco.

Me sorprende cuando....

-No tengo mucho tiempo para explicarte pero tienes que saber que vas rumbo a Italia.

-¿Por qué me ayudas y haces esto ?

-No puedo responderte todas tus preguntas pero aquí no puedes demostrar signos de debilidad.

Ahora coge esta ropa que ves a tu izquierda y entra a bañarte en la puerta atrás de ti.

-¿Qué quieren de mí?

Noto su asombro en la cara como sino fuera tan obvio.

-Tus riquezas,-dice mirándome fijo a los ojos-

Quiero hacerle más preguntas pero entra el hombre de anoche bajando las escaleras y se nos queda mirando en lo que ella me pone la ropa en la mano y me hace entrar en la ducha.

Antes de entrar me dice que iba a tener comida cuando saliera.

Cierro la puerta con pestillo y escucho la conversación al otro lado.

-Apenas termines con ella, me avisas que ya estamos llegando.- dice con un tono grueso.

-Sí señor. - le responde ella aclarándose la garganta.

-Naily.

-Sí?

-No quiero problemas.- dice él, para luego escuchar las pisadas alejándose del lugar y el suspiro de alivio en ella.

Entro a bañarme y en lo que el agua recorre mi cuerpo salen lágrimas de mis ojos.

Quiero que todo este martirio termine y volver a estar junto a mi familia.

Me choca ser tan débil.

Cierro la ducha, me seco y me pongo un vestido corto junto a unos zapatos altos negros.

Me miro en el espejo frente a mí y parezco una pu**. Maldigo la hora en que salí de mi casa.
No puedo creer que me obliguen a vestir esto.

Nota de la autora: Estoy muy emocionada con el giro que está tomando la historia espero que ustedes también. Gracias por leer🤍>>.

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