Capítulo siete

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Después de su boda, Gaby y Rodrigo emprendieron su camino hacia Nueva York, en donde vivirían hasta terminar su respectiva especialidad.

Luego de mucho planearlo, el día en que Valeria y Mateo se irían de luna de miel llegó. En el aeropuerto estaban ellos con su hijo, Daniela, Ernesto, Elena e Hilario.

Ya estaban a punto de abordar, así que estaban despidiéndose.

-Adiós mi niña-dijo Elena, mientras abrazaba a Valeria.

-Bye nana, nos vemos en un mes-correspondió al abrazo.

-Adiós mijo-dijo Hilario, apretando el abrazo que le dio a Mateo.

-Adiós pá, te encargo el rancho-sonrió y se separaron.

Elena cargó a Bernie para que Valeria pudiera despedirse de sus padres.

Daniela abrazó a Valeria y Ernesto se les unió.

-Diviértanse-Daniela sollozó-cuidense mucho-le dio un beso en la mejilla.

Valeria sonrió, con lágrimas en los ojos.

-Ustedes también-susurró y tocó discretamente la panza de su mamá.

Los tres rieron con complicidad.

-Te quiero mi amor-Ernesto le dio un beso en la frente-cualquier cosa que necesiten me llaman por favor, estamos pendientes-se acercó a despedirse de Mateo.

Daniela también se despidió de su yerno y luego cargó a su nieto.

-Dile adiós a tus papás-levantó la mano del niño y la sacudió, en señal de despedida-adiós papás-hizo voz infantil.

Valeria se acercó y le dio un beso y la bendición a su hijo.

Mateo también le dio un beso y tomó la mano de su esposa.

-Gracias por cuidarlo, nos vemos pronto-dijo Mateo.

Se voltearon y caminaron hacia su destino, dejando detrás las lágrimas y palabras de cariño de su familia.

En cuanto atravesaron la puerta para abordar, todos se retiraron hacia el Hotel Moncada. Llegaron minutos después.

Hilario y Elena entraron primero mientras conversaban. Daniela y Ernesto junto a su nieto lo hicieron después.

Daniela miró a Ernesto, quien tenía muy mala cara.

-¿Qué te pasa mi amor?-le acarició la mejilla con la mano que tenía libre.

-Estoy un poco mareado y tengo náuseas-hablaba a duras penas.

-Pero...-Daniela fue interrumpida con Ernesto corriendo hacia el baño.

Elena se acercó a Daniela, extrañada.

-¿Qué le pasa al señor Ernesto?-preguntó preocupada.

-No lo sé-se encogió de hombros-algo debió caerle mal.

Elena asintió y se dirigió a la cocina. Daniela la siguió y se sentó.

-Oye Elena, ¿todavía te quedan esos tamales tan deliciosos que haces?-dijo saboreando lo mencionado.

-Sí señora, ¿quiere que le de uno?-preguntó entusiasmada.

-Sí por favor, pero que encima tenga aguacate y mermelada de fresa-sonrió.

Elena la miró con sospecha.

-Claro que sí señora, ahorita se lo traigo-no muy convencida, se retiró a hacer lo que le pidieron.

-Estos antojos raros de tus tíos-alzó a Bernie en el aire-¿verdad mi amor?-comenzó a jugar con él.

El bebé solo se reía. Poco tardó, cuando Elena ya estaba de regreso con el tamal de Daniela.

Mi Secreto Danesto's Version Donde viven las historias. Descúbrelo ahora