07

164 18 2
                                    

El Tren Infinito

—No sabes de lo que hablas Kyojuro, por más amigo que seas mío

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No sabes de lo que hablas Kyojuro, por más amigo que seas mío. Tú nunca sabrás lo que fue vivir bajo ese techo, el entrenamiento que sufrí porque se suponía que tenía que suceder a mi padre.

—Yo tampoco tengo el mejor padre mundo, pero entiendo porque es así. Intenta hablar con él, tal vez así entiendas que todo es por tu bien.

Le hizo caso omiso a las palabras de su compañero de trabajo, no le iba a hacer caso a nadie sobre ese asunto. Por más vueltas que quisieran que le diese al asunto, se mantenía lo más terca posible a su primera respuesta. "Odiaba a mi padre, ya que no se merece que lo llama como tal. Y vosotros, que fuisteis rescatados por él, jamás lo entenderéis en vuestra cabecitas". No iba a cambiar por más que todos se lo dijesen, él estaba satisfecha con vivir el resto de su vida como la Pilar de los Astros del Cuerpo de Cazadores de Demonios mientras salvaba a la gente. Nada más era necesario en su vida, ya había cumplido su propósito.

Pronto el Tren llegó, subieron al tercer vagón y se sentaron en la parte derecha. Ambos mirando a la ventana. Había que decir que era de noche, así que el demonio que fuera y lo que sea que estuviera haciendo, lo haría pronto.

—¡Tsuki san!—exclamó alegremente el joven Kamado, que venía acompañado de sus dos amigos y su hermana menor.—Me alegro de verte de nuevo.

—Igualmente, ¿qué hacéis aquí?— preguntó ella curiosa.

—Yo necesitaba hablar con el Pilar de las Llamas, estaba en mi camino a buscarlo pero me enviaron aquí para asistir a unos Pilares en su misión.—comentó algo decepcionado.

—Pues lo tienes justo enfrente tuya.

Deberías de haber visto la cara de vergüenza de Tanjiro, estaba tan rojo como un tomate. Pero eso pronto se le pasó cuando empezaron a entablar su conversación, los dos eran tan entusiásticos y alegres que parecían reír igual. Ambos poseían la semejante personalidad positiva y con un fuego ardiente en sus interiores. No tardó mucho tiempo que esa alegría fuera contagiada a los otros dos muchachos. Tanto congeniaron que Rengoku aceptó a los tres como sus discípulos cuando estos se los propuso, ella solo se reía ante la impronta situación. No olvidando el porqué había venido, para prevenir que un demonio se alimentase a base de humanos.

Contemplaba la plena noche tras la ventana, incapaz de conciliar el sueño como los demás habían hecho. No solía dormir mucho que digamos, era más de un búho nocturno. Veía como los demás dormían plácidamente, Tanjiro sobre su hombro, Rengoku apoyado en el cristal de la ventana y el resto del grupo justo en los asientos al lado de ellos también durmiendo profundamente. Extrañamente, los demás pasajeros también estaban durmiendo. Cada uno de ellos, excepto ella.

Para ese momento ya estaba sintiendo algo raro pasar pero ignoró su instinto, se giró instantáneamente al oír el sonido de una puerta abrirse, era la persona que revisaba los billetes. Tenía un aspecto lamentable y demacrado. Despertó a sus compañeros, y sí se despertaron esta vez.

—Los billetes por favor.—dijo aquel hombre, y le entregamos nuestros billetes. A los cuales les hizo un agujero con una máquina para ver que los había revisado.

Cuando se fue de su vagón al siguiente, es cuando ella comentó sus dudas con Kyojuro.

—¿No notaste el pesado ambiente cuando entró?

—Sí, si lo he notado. Debemos estar alerta ahora, es más probable que el demonio esté activo.—respondió con firmeza Rengoku.

Pasados otros minutos, todos se volvieron a dormir otra vez y mientras miraba una vez más por la ventana vio una silueta en el reflejo de atrás, se dio la vuelta pero ya no estaba. Luego oyó los insistentes pasos de alguien caminado por la metálica superficie del Tren. Así que sin preocuparse demasiado, salió a fuera a comprobar. Total, solo sería un rato.

Caminó hasta el final del vagón, subió a la parte de arriba mediante las escaleras que habían y nada más ni nada menos, ahí estaba aquel demonio pero ese era muy especial. Ya que era parte de las Doce Lunas Demoníacas, pero obviamente de las Inferiores. Una Superior no había sido derrotada desde hace años, y ella que los conocía, no se rebajarían a un nivel así.

—Debes ser de las Lunas Infieriores.

—El señor Muzan siempre estaba alagando a una mujer durante las reuniones, diciendo que era su creación más perfecta pero no esperaba que fuera una Cazadora de Demonios.—comentó algo "entristecido" aquel demonio colorido de cabellos y ojos.—Un don para reconocer demonios.

—Cuando ya has matado a unos cuántos, te acostumbras simplemente, ¿cuál nombre te puso?

—Enmu.

—Soy Tsuki, un placer.

—El placer será mío cuando mate al Pilar y los otros cazadores que ahora duermen plácidamente bajo mi Técnica de Sangre.

—Si yo te lo permito.

No le dio tiempo a casi reaccionar cuando separó su cabeza de su tronco de un corte fino, que duró solo segundos. Las misma reacción para volver a juntar su cabeza, parecía no haber surgido algún efecto.

—¿Qué estás planeando Enmu?—preguntó preocupada por sus compañeros, al oír ellos sonidos de sus katanas y sentir las presencias demoniacas bajo ella. Y todo el ferrocarril en general.—Este tren...

—¡Lo adivinaste! Realmente eres tan brillante como el señor Muzan comentó.

—Eso es porque tu debilidad no está ahí.—refiriéndose a su cuerpo físico.—Se encuentra en alguna parte de este tren, y estás dispuesto a sacrificar civiles por esta malvada causa.

—Impresionante para habernos conocido solo hace unos pocos minutos.

—¡Tsuki san!

Gritó Tanjiro desde el otro, ella se giró a mirarlo por su instinto natural que poseía y al momento que se giró. Enmu desapareció, como el viento. Juraba por su vida que estaba delante de ella. Así que sus suposiciones eran más que ciertas, efectivamente la Primera Luna Inferior de aquel momento se había hecho uno con el tren. Y lo decía con el sentido literal.

—Todos nos hemos despertado, teníamos que algo hubiera pasado a ti.—dijo exasperando Tanjiro.—Rengoku dice que se encargará de proteger los últimos cinco vagones y que el resto proteja los restantes.

—Podría protege a todo este ferrocarril si así lo quisiese, pero no será una problems. Tú, Zenitsu e Inosuke centraros en encontrar el punto débil del demonio.—demandó ella.—Lo notarás cuando lo veas, es una Luna nueva y fresca, no lleva mucho tiempo siéndolo y por lo tanto, no ha desarrollado mucho sus técnicas de sangre. No tendréis problema en derrotarlo entre los tres. Su punto débil tiene que ser algo del Tren. Siento una energía más fuerte en la parte de delante. Pongo mi confianza una vez más en ti, Tanjiro.

—Prometo que no te defraudaré.

—Prometo que no te defraudaré

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐔𝐁𝐔𝐘𝐀𝐒𝐇𝐈𝐊𝐈  ✅ // CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora