Burn out. [Rafe Cameron] OBX

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—¡Mierda Rafe! —Lo sacudí de un lado al otro al ver la hora en mi móvil. 8:42, y se suponía que debía de estar allí hace casi quince minutos.

—¿Que demonios? —Pregunto tomándome con un brazo para girarse y dejarme sobre él.

—¡No es momento de acurrucarnos, necesito que me lleves al trabajo! —Me deshice de su abrazo en un solo golpe, haciendo que el abriera los ojos confundidos.

—¿Sky por que estas tan alterada? —Su mirada me siguió de un lado al otro mientras yo correteaba por su habitación buscando la ropa del trabajo.

—¡Me van a quitar el puesto! Desde hace días que se han puesto extremadamente estrictos en el trabajo, primer error y estas fuera.—Corrí hasta el baño y tome el cepillo de dientes a la velocidad de luz sin siquiera mirar si era el mio.

Rafe apareció detrás mío.

—Estas usando mi cepillo Sky.—Soltó una pequeña carcajada, lo mire disculpándome pero la realidad es que pensaba terminar de cepillarme los dientes con su cepillo.—Estarás bien, no te dirán nada. —Besó mi mejilla mientras se ponía una camiseta.

Nerviosa me cepille el cabello con los dedos y corrí hacia el rubio para que no demorara tanto.

El camino hacia el restaurante del campo de golf se hizo corto ya que no estábamos muy lejos, el único problema es que llegue a mi puesto casi media hora tarde.

Ni siquiera me despedí de Rafe, quien se quedo esperando en la camioneta aunque sea un mínimo saludo.

Entre rápidamente a la cocina rogando no encontrarme con mi jefe, amigo intimo de Ward. Quien se había encargado de hacerles saber a los dueños del restaurante que yo no era de su agrado.

Vi el cabello rubio de JJ y camine hacia él apurado.

—Dios cupcake, hasta que te dignas a aparecer. ¿Donde demonios dormiste? —Me abrazo rápido con uno de sus brazos.

—La respuesta no te gustara.—Hice una mueca dandole a entender que volví con Rafe.

Él solo rodo los ojos, sabía que si discutía conmigo no iba a haber resultados positivos.

—Luego charlaremos sobre eso. Ryle apareció puntual hoy, y noto que no estabas. —Su mirada fue de decepción. Y la mía probablemente igual.

—¿Dijo algo? —Pregunte inquieta.

—No, solo salió a hacer una llamada. Algo traman con Ward.

—No puedo quedarme sin empleo JJ.—Repiquetee los dedos nerviosa en la mesada.

—¡Aquí estas Harrison! —Di la vuelta sobre mis talones para ver al señor Ryle. —No puedo permitir que llegues tarde cuando se te plazca, ahora ve a trabajar de una vez.—Su tono me hizo acordar a mi padre, y JJ lo noto ya que puso una mano en mi hombro dando una palmadita.

—Si, señor. Lo siento. —Tome valor para pasar por su lado e ir directo a tomar las ordenes de las mesas. Hace unos días me cambiaron de la cocina a atención al cliente, por lo tanto tendría que volver a ver nuevamente la cara de todos los Kooks.

Atendí las mesas lo más rápido que pude, intentando olvidar que mi jefe estaba detrás mio en todo momento.

Solo quedaban 3 mesas por atender y podría terminar mi turno luego de varias horas paseando de una mesa a la otra.

La campanilla de la puerta hizo que girara mi vista con un mal presentimiento. Ward y su esposa estaban entrando al restaurante. Y yo era la única mesera dispuesta atenderlos, ya que JJ terminó su turno antes.