cap 1

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―Ho... Hokage-Sama ―era su secretaria, una mujer de cabello castaño y ropas grises, la cual se veía sorprendida (y un poco asustada), por partes iguales.

―Buenos días, Himiko ―fueron las palabras del anciano de blancos cabellos y ojos negros, el hombre llevaba una túnica roja y por encima, una especie de kimono masculino blanco. Ese día, así como en días anteriores, no encontraba las fuerzas, ni ganas de girar su cabeza y abrir las cortinas, que enseñaban su pueblo.

Un pueblo caído en desgracia, por algo de lo cual, él tenía la mitad de la culpa.

―Hokage-Sama, afuera... afuera está... está Ho... no.… no puedo llamarlo así, está aquí... ¡aquí, junto con un mensajero de la Corte del Fuego! ―dijo la secretaria cuya mirada era de incredulidad y de temor, solo confundiendo más al anciano.

― ¿Himiko? ―preguntó el anciano, a la mujer que se veía aún más incrédula y aún más temerosa. La mujer, incapaz de explicar nada, abrió la puerta, los ojos de Hiruzen, adquirieron una mirada de enfado, al reconocer el Chakra de las personas encapuchadas, pero fue ver al mensajero de Hi no Kuni y sus ojos adquirieron una mirada de temor ―Déjalos entrar a todos. Himiko ―la mujer lo miró por un instante ―Que nadie interrumpa ―ella asintió, salió y tanto Hiruzen, como ella, activaron sellos en la habitación, el Sandaime Hokage movió su mano hacía la derecha, y los ANBU's se retiraron. Ante el Hokage, había dos infantes, dos adultos encapuchados y un hombre con el símbolo del fuego, en sus costosos ropajes ―Adelante, Enviado-San.

―Se lo agradezco, Hokage-Sama ―dijo el hombre, dando un paso al frente ―Aunque, no sé qué tan buena idea, sea revelar esta información ante unos niños y dos adultos desconocidos.

―No son desconocidos, estuvieron ocultos, hasta el día de hoy ―explicó vagamente Hiruzen ―Adelante, son de gran confianza. O solían serlo ―pensó lo último.

El mensajero de Hi no Kuni, se aclaró la garganta y mostró una tabla, donde tenía algo escrito. ―Hokage-Sama, debo de insistir, ¿desea usted, escuchar mis palabras, frente a dos desconocidos?

―Sí ―dijo seriamente el Hokage.

―Damiyō-Sama, mandó a los Doce Guardianes del Fuego, para eliminar varias células de la organización NE, al mando de Shimura Danzō ―informó el hombre ―Y, como ya debe de imaginarse, no fue todo lo que hizo. Envió también, a los Samurái del Fuego, tras varias bases pertenecientes a NE, plantadas en Kaze no Kuni, Yuki no Kuni y Mokusei no Kuni. Estos tres países son aliados de Hi no Kuni y Konohagakure no Sato, fueron atacados y desabastecidos por los ANBU's de NE, desde hace ya mucho, con tal de lograr una completa y total, dependencia hacía Konoha.

Hiruzen frunció el ceño, los adultos encapuchados apretaron los puños. ―Puedo asegurarle, que ninguna de esas órdenes, salió de mis labios, Mensajero-San ―el anciano miró a los encapuchados ―Se deben de estar preguntando, de qué se trata todo esto, ¿No es verdad? ―uno de los encapuchados, asintió. ―Cuando los creí muertos, deseé darle a Naruto una vida, quizás no pudiera darle la mejor vida, pero sí algo digno de un niño de su calibre y estatus social. Por desgracia para mí, Danzō, Homura y Koharu, se movieron antes que yo, y revelaron a todos (claramente siendo mentira) que Naruto era el Kyūbi reencarnado ―uno de los encapuchados estaba por protestar, pero el Hokage le detuvo ―Coloqué a tres de mis ANBU's de mayor confianza, a protegerlo, pero únicamente uno de ellos cumplió con su labor. No fue suficiente... ―se lamentó el anciano, uno de los encapuchados, comenzó a temblar ―Danzō... ellos tres, planeaban lograr que Kyūbi poseyera el cuerpo de Naruto y comenzara a atacar la aldea, deseaba que ese momento de descontrol, le permitiera convencer a los miembros del Consejo Shinobi, de convertirlo en un arma, para la aldea. Nunca funcionó. Yo no podía revelar su origen, sin que acabáramos envueltos en una guerra contra Iwa, aún nos recuperábamos del Incidente del Kyūbi, además, estábamos en conversaciones con Kumo y con el clan Uchiha, pues estos últimos estaban dando señales de desear un golpe de estado, debido a que fueron casi que sacados de la aldea y eran repudiados, pues se volvió de alguna forma, de conocimiento público que el Sharingan podía controlar a los Bijūs. Creía que podía llegar a un buen término, con los Uchiha, pero todo acabó en una masacre, cuando Fugaku no demostró querer echarse atrás, las investigaciones ANBU, demostraron que casi un 85% del clan Uchiha, estaba de acuerdo, con el Golpe de Estado y para esto, iban a usar a Kyūbi. Mientras que estaba con el asunto de los Uchiha, Danzō logró agravarlo todo, y causaba ataques contra Naruto, podía maquillar de forma inesperada y perfecta, los documentos de las misiones, causando esto que Yugao, Kurenai y Kakashi, tuvieran que salir en misiones de rango S o SS auténticas, quedando Naruto desprotegido. Finalmente, una noche, los aldeanos y Shinobis...

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