𝐓𝐞𝐫𝐫𝐚 ❀ | ʰˣʰ𝐆𝐢𝐧𝐠 𝐅𝐫𝐞𝐞𝐜𝐬𝐬 ˣ ᵒᶜ ᶠᵉᵐ

【2】

Habían pasado varios días desde que decidiste ser uno más de nosotros. Comenzabas a hartarme, ¿no tienes nada qué hacer? ¿cómo conseguiste esos títulos de buen cazador si solo te quedas aquí quitándome el trabajo?

Papá te adulaba sin vergüenza alguna, tu nombre me daba náuseas y comenzaba a rechazarte. Tan solo verte me daba asco.

¿Por qué yo no podía ser tú?
¿Qué tienes tú de especial que no tenga yo?

Para mi suerte aun me dejabas pequeños trabajos por hacer, precisamente los que yo consideraba aburridos, limpiar techos, limpiar entretechos, ayudar a desenredar las redes de pesca y me dejaste esos trabajos que odiaba, despellejar animales para la carnicería.

Los días para mí no mejoraban con tu presencia, para mí eras como una gran piedra en mi zapato.

No había mayor interacción más allá de aquellas frases ya comunes de tu persona "déjamelo a mí, Terra" o "Yo lo haré por ti, Terra". No me gustaba como sonaba mi nombre en tu boca. Esa tarde llegó un aviso de que debía presentarme a un trabajo fuera de la isla, me iban a pagar bien y con eso planeé compensar el poco dinero que llevé a casa debido a la ausencia de tareas.

No estuve fuera de la isla por mucho tiempo, una semana a lo menos y al llegar tú te marchaste. Pensé que ya no volverías. Estaba contenta, tuve un buen trabajo, me felicitaron los directivos, traje mucho dinero de regreso a casa

— Con él fuera debes volver a realizar todas las tareas de la isla, las personas están hablando, Terra. — asentía cabizbaja, sabiendo que ese "están hablando" era que las personas esperaban que te quedaras y tú nos ayudaras — Tampoco te has hecho amiga de él, si no lo haces no tendrás contactos y no tendrás trabajos por hacer.

— Los cazadores tenemos una web administrada por alguien de la asociación que nos puede dar trabajos según nuestros perfiles... — murmuré molesta, pero aquella pequeña falta de respeto fue suficiente para que él golpeara la mesa.

— ¡¿Y por qué no tienes la misma aceptación de Ging?! ¡Él ya es millonario y nosotros aun viviendo en esta isla!

— ¡Vivimos aquí porque mamá está aquí! — le grité sintiendo mis ojos llorosos — ¡En lugar de haber gastado tu tiempo entrenándome debiste llevártela a un mejor lugar para que la atendiera un mejor medico!

No me di cuenta en qué momento fue que su mano se estampó en mi mejilla haciendo que mi rostro volteara. Recuerdo ese ardor, ese golpe fue distinto a los demás, estaba furioso por haber tocado el tema de mamá.

Las expectativas de mi papá en mí eran perfectas, le agrandaba el pecho saber que yo era la solicitada por la isla para las tareas y trabajos pesados. Además, que todo ese dinero se iba para sus bolsillos, porque él me financiaba dentro de la isla. Sin embargo, cuando él bebía y decidía desquitarse conmigo por las cosas del pasado olvidaba todo lo bueno que yo hacía, por lo que al día siguiente debía ser aún mejor mi trabajo. Cada vez más perfecto. Eso siempre me decían los isleños.