Obligación

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Disclammer "la historia es de mi autoría, pero los personajes de Candy candy le pertenecen a la escritora Kioko Mizuki (uno de los seudimos de keiko nagita) y a la ilustradora Yumiko Igarashi, esta historia no tiene fines de lucro solo por diversión y entretenimiento.
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—¿Disculpa? —preguntó Terrence conmocionado por la noticia que acaban de darle su padre—. Vuelva a repetir que no he escuchado bien.
—No te hagas el tonto Terrence que sé qué has escuchado muy bien —replicó el duque—. Tú y Candice se van a casar el próximo sábado.

—Eso no va a hacer posible, nosotros no queremos casarno…

—Es que no les vamos a preguntar si quieren, si les gusta o no ustedes se van a casar y punto —sentenció Richard dándole una mirada al hombre que estaba detrás de él—. Enzzo llévate a Terrence a su recámara..

—¡Pero esta conversación no ha acabado! —vociferó Terry apartando la mano del mismo hombre que lo había atraído a rastras hacia su padre.

—Yo no quería que esto sucediera, ¿entiendes? Yo quería verte casado con una noble al igual que tú, que tu compromiso fuera digno de un rey, y tu boda como la de un emperador, pero fuiste tú el que deshonró a una muchacha huérfana adoptada por una familia rica —expresó el duque con amargura—. La hiciste tú mujer así que ahora le vas a responder como el caballero que eres.

Y bajo está última amenaza, el duque salió del despacho dejando a Terry junto a Enzzo. 

—Joven Terrence —dijo el hombre de confianza del duque mientras le volvía a colocar la mano en el hombro del joven, pero este volvió a separarse bruscamente.

El castaño salió rumbo a su habitación con pasos apresurados, mismos pasos que fueron alcanzados por Enzzo.

—¡Ya deja de seguirme! —exclamó Terry furioso—. ¡No necesito que sigas siendo mi niñero, Hale!

—Es mi deber cuidar de su bienestar —comunicó el hombre con naturalidad y paciencia, como si estar 16 años detrás de él no hubiera sido lo bastante agotador y tentador para renunciar y alejarse de los Grandchester para siempre.

—¿Mi bienestar? —ironizó el joven abriendo las puertas de su habitación la cual pensó que nunca más volvería a ver en su vida.

Y verla fue como recordar de un solo golpe todas las humillaciones que la duquesa cara de cerdo le había hecho en ese preciso lugar. Le había dicho bastardo, inútil, hijo del pecado, un hombre bueno para nada y un sinfín de cosas horribles.

Terrence se preguntaba, ¿y cuando su madrastra lo agredía dónde demonios estaba Enzzo Hale quien ahora le decía que su deber era cuidar de su bienestar?

—No me hagas reír —dijo Terry con el más alto grado de enojo que un ser humano pudiera experimentar en su vida—. Si de verdad te interesará mi bienestar hubieras dejado que me fuera con Candice lejos del duque y lejos de todo este infierno.

—Créame que lo mejor que pudo haber pasado es esto —Enzzo intentó hacer entrar en razón a Terrence, pero ya creía que no lo iba a lograr en ese momento—. Usted si iba a fugar con una señorita, casi una chiquilla, ¿cómo iba a ser para mantenerla económicamente? Ya que si mal no me informaron, sus pocos ahorros se acabaron en los documentos falsos y los pasajes de segunda clase del trasatlántico.

—Iba a trabajar, a ganarme la vida con el sudor de mi frente como millones de personas lo hacen alrededor del mundo —gruñó Terry herido al recordar sus fallidos planes—. Pero gracias a ti eso ya no se iba a poder.

—Claro es muy caballeroso llevar a una señorita para pasar penas, porque la gente de que usted habla vive al día y tanto usted cómo la señorita Andley han vivido bien —dijo Enzzo siguiendo a Terrence a la habitación ya que él ya había entrado hasta llegar a su escritorio.

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