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⚠️Aviso: Contiene contenido explícito, si no te gusta, te recomiendo que no leas.⚠️

La luz entraba por las ventanas de la casa de esta pequeña familia.

Una niña castaña se acababa de levantar y se estaba dirigiendo al cuarto de sus padres para despertarlos, ya que hoy debía asistir a un cumpleaños y quería verse linda desde por la mañana.

Fue caminando hasta la habitación de sus padres haciendo el menor ruido posible, y cuando estaba en frente de la puerta, tuvo que levantar levemente sus talones para poder llegar al manillar.

Abrió la puerta lentamente, y cuando estuvo lo suficientemente cerca de la cama, se subió en ella con cuidado, y saltó encima del estómago de Kazuki, haciéndo que este se despertase rápidamente por el sentimiento de quedarse sin aire.

— ¡AAH!— Gritó el rubio, estaba teniendo un sueño tan hermoso donde Rei con un vestido de novia blanco era el protagonista, y de repente sintió como si le hubieran tirado una bomba encima.— Miri...¿Qué haces aquí?— Preguntó confundido, ya que al dirigir la mirada hacia la ventana, recién estaba amaneciendo.

— ¿Qué dices, Papá Kazuki? Hoy tengo el cumpleaños de Haruko, y ayer me dijiste que nos teníamos que levantar pronto para preparar el regalo.— Dijo, haciendo un puchero, técnicamente no mentía, pero su padre, con pronto se refería a aproximadamente las 09:30 am, pero la niña se había levantado a las 06:05 am para ir al baño, y como ha visto el sol saliendo, pensaba que ya era hora de levantarse.— Vengaaa, levanta a Papá Rei y vamos a prepararnoos.— Miri sacudía a su padre de los hombros mientras daba pequeñas patadas, pero sin querer, una de estas le dió al pelinegro en la espalda haciendo que soltara un sonido de queja.

— Ngh— Kazuki, al escuchar ese leve gemido de dolor por parte de Rei, sintió una pequeña punzada en su amigito.— ¿Quién me ha pegado una patada?— Suwa finalmente decidió abrir los ojos, encontrándose a un Kazuki muy sumido en sus pensamientos y a su hija mirándole con una sonrisa.

— ¡Papá Rei!— La castaña se avalanzó a la cara de su padre, y le apretó las mejillas.— Dile a Papá Kazuki que nos tenemos que levantar yaaa, ¡si no voy a llegar tarde!— Apretó las mejillas fuertemente, poniendo un gesto de enfado en su rostro.

Después de una larga discusión de 20 minutos en la que Rei estaba luchando por no volver a dormirse, Kazuki seguía en su mente pensando en quién sabe que cosas y Miri moviéndose por toda la cama, decidieron reaccionar y bajaron a desayunar.

La madre de Haruko el día anterior le preguntó a Kazuki si él podría hacer una tarta para el cumpleaños, ya que se enteró de que se le daba muy bien cocinar, prometiéndole que le pagaría por ella, por lo que el rubio aprovechó el haber madrugado para hacer la mejor tarta que nadie va a probar jamás, obviamente después de la que haría para el cumple de su pareja, o de su hija.

Mientras Kazuki preparaba los ingredientes que iba a utilizar para hacer el pastel, observó como Rei comía unos cereales de chocolate con leche, viéndose muy tierno a su vista por la cara de satisfacción que ponía por cada cucharada que probaba, pero de repente, obervó como Rei, sin querer se manchaba con leche su labio superior, y posteriormente, lo limpiaba con su lengua, gesto que hizo que el de ojos rubí abriese con mucha brusquedad la bolsa de harina, haciendo que le saltase gran cantidad a la cara.

— Kazuki...¿Qué estás haciendo?— A Rei le pareció extraño el como rompió la bolsa de harina, ya que Kazuki siempre era muy cuidadoso con todos los ingredientes a la hora de cocinar.

— ¡Nada! Simplemente...tengo mucho sueño y no he podido controlar mi fuerza..ajaja.— Contestó, intentando sonar lo más convincente posible mientras se rascaba la nuca. El otro le miró con una ceja levantada, extrañado, ya que al rubio siempre se le había dado muy mal mentir.

Una fiesta algo picante | KazureiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora