Little Jane

Capítulo 5

Tenía trece años de edad cuando mi padre decidió que sería su pasatiempo abusar de mí casi todos los días al irme a dormir. Mi temor hacia él, sus golpes y a su comportamiento evitaban que me rebelara ante él, me asqueaba el solo hecho de saber que todos los días tendría que verle la cara, pero después de cierto tiempo comencé a perder mi interés por lo que me sucediera y lo que me hiciera hasta que un día cuando tenía catorce años decidí vengarme al fin. Yo ya no era su hija, sino un objeto sexual el cual utilizaba cuando él quisiera, y él ya no era mi padre, solamente un sujeto al que le temía y del cual soporté por un año sus aberraciones sexuales.
Saqué una de sus pistolas, la cargué y le coloqué un silenciador, eran las tres de la madrugada y él ya estaba durmiendo en su habitación, entré silenciosamente para no despertarlo y apuntando a su cabeza me despedí de él:

-Adiós papá, que duermas bien -le susurré antes de dispararle.

Jalé del gatillo dejando que la bala destrozara su cabeza, librandome así del hombre que me hizo vivir un infierno durante tanto tiempo.
Puse la pistola en su mano y coloqué su brazo en posición hacia su cabeza, para que así pareciera un suicidio. Salí de ahí cerrando la puerta con llave desde adentro, quite algunas gotas de sangre que habían llegado a mi ropa, y me limpié la cara también.
Haberlo asesinado me hizo sentir que tenía el poder sobre algo, me hizo sentir libre y satisfecha y sin duda, ahora era una persona distinta.
Su cuerpo estuvo ahí durante algunos días, hasta que el olor se hizo muy fuerte y los vecinos llamaron a la policía. Al llegar la policía fingi estar alterada ante tal situación, con lágrimas falsas y demás.

-No quería abrir la puerta, lo llamé muchas veces, pero se encerró y no quería salir. Había estado deprimido durante años desde que mamá se fue -le dije a los policías mientras sacaban el cuerpo putrefacto de mi padre -después supuse que había hecho algo muy malo, pero no supe que hacer -dije entre lágrimas.

Los policías me miraban con lástima y uno de ellos trató de consolarme. Ese día fue todo un show, aún rio al recordarlo.
La pobre niña que perdió a su padre, la pobre pequeña Jane.