14º Encuentro: La Última Ronda

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Los gritos en el coliseo eran de emoción y adrenalina, la pelea iba pareja, cualquiera podría ganar, esta era la batalla decisiva.

Con un empate de 6 en cada lado está pelea podía determinarlo todo, ganar o perder, era un todo o nada y eso Göl lo sabía, en sus manos el libro que su hermana estaba sosteniendo en el momento en el que todo este caos inició descansaba con las páginas arrugadas por todas las veces en las que ella las había revuelto durante esta pelea.

Estaban tan cerca de lograrlo y a la vez se sentía tan lejano, sus ojos picaban con las ganas de llorar pero ya había sido suficiente, le prometió a Brunhild que sería fuerte y que no permitiría que ningún detalle de su pelea se le escapara… y es que la niña, por primera vez desde que inició todo, se encontraba totalmente sola en ese balcón observando a los peleadores luchar por todo lo que creían era correcto.

—¡Que tenemos aquí! ¡El dios de la guerra Areees a dado início a su estratégia suprema! —Heimdall se oía emocionado, su trabajo había sido tan nulo durante eones y por fin esta era la única oportunidad que había tenido y que tanto había esperado —El rey de Esparta parece que caerá en la trampa, pero... ¡¿Qué es eso?!  ¡Ares esta sangrando! Por primera vez en siglos nuestro dios de la guerra pelea tomándose enserio a alguien que le da batalla.

Leónidas sostenía su lanza con fuerza, su cuerpo lleno de heridas debido a que en un principio subestimo a la deidad y cargo contra ella guiado por la ira y sin medir lo que hacía, por secciones el volund con su valkiria había sido arrancado pero Brunhild todavía hacía un exelente trabajo protegiendolo, nunca pensó sentirse tan agradecido de portar una armadura tan completa, gracias a la valkiria mayor todavía tenía otra oportunidad.

El espartano volvió a ponerse en guardia, en una mano una lanza y en la otra un escudo, arremetió contra el dios rápidamente encontrándole el ritmo a la pelea, Ares era fuerte, su naturaleza divina le proporcionaba una gran ventaja pero Leonidas tenía agilidad y técnica, incluso él sabía que Ares era conocido por ser el dios de la guerra bruta.

—Creí que después de siglos habrías olvidado el pasado —habló el rubio mientras en medio del combate buscaba segar con ira a su contrincante

—Mi pueblo pereció por tus traiciones... Nos abandonaste. ¿Cómo podría olvidar algo así? —el espartano había superado el rencor quizá hace siglos pero no negaría que, la mención del tema todavía le traía un mal sabor de boca.

—No fue mi culpa —y mientras decía eso la lanza espartana voló por los aires en dirección a su cuello —No fuiste el único traicionado.

—Eso pasó hace mucho, ahora el resultado será diferente.

Golpes y estruendos resonaban por el estadio, la batalla final entre la encarnación de la guerra y el guerrero invencible, Göl veía en un estado de ansiedad completo el desarrollo de la última pelea, las uñas de sus manos totalmente roídas a causa de los nervios mientras el libro alternaba en su agarre para mordisquear sus dedos, sabía que su hermana no estaba ilesa y eso le preocupaba, tanto sacrificio para perderlo todo no podía ser justo.

El dios en la arena cargo contra el mortal su espada impactando ruidosamente contra el escudo del rey de Esparta, Leónidas entonces aprovecho esto para apuntar su lanza en dirección al dios ocasionando que este tomará el arma con la mano que tenía libre, Leonidas pateó con fuerza al dios haciendo que este retrocediera un paso soltando su espada en el proceso pero aún sosteniendo firme el arma del humano, en un intento desesperado la divinidad tomó con la otra mano la lanza de Leónidas en lugar de recuperar su propia espada, este movimiento fue visto y aprovechado por el humano, quien viendo la posición vulnerable en la que el dios se había dejado al concentrar ambas manos en sostener su arma le lanzó una patada en el peroneus aplicando fuerza y haciendo que la pierna del dios de la guerra se doblará, enterrando su rodilla en el suelo de la arena, el humano lo sabía, después de tanto tiempo en la batalla, este era su último movimiento.

"Identidades" - Shuumatsu no Valkyrie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora