Capitulo 3

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Abrí los ojos lentamente, parpadeando varias veces al sentir un cosquilleo de cansancio y me froté los ojos tratando de despejarme. Mi teléfono sonaba en la pequeña mesa que se encontraba junto a mi cama. Si no fueran por las insistentes llamadas, yo seguiría durmiendo pacíficamente sin que me molestaran. Siempre tenía la mala costumbre de dejarlo prendido. Mi celular sonó de nuevo, con la misma insistencia que me hizo despertar. Me levanté de la cama con mucha flojera y me dirigí a este que seguía sonando. Contesté sin ver el número.

-Hol...

-Vístete, estoy yendo por ti -la voz de Ed sonó desde el otro lado de la línea.

-¡Hola, buenos días! ¡Sí, estoy bien! Gracias por preguntar -respondí sarcásticamente y puse los ojos en blanco, no me importó que él no me viese.

-Estoy a dos esquinas, no me hagas esperar -me interrumpió ignorando lo que le dije, abrí mi boca para responderle pero los beeps me indicaron que él ya había terminado la llamada.

¡Qué manera de comenzar el día!

Corrí a mi armario, elegí mi ropa y me metí al baño lo más rápido que pude. Delineador, rímel, polvo y un pintalabios con un ligero color fue lo único con lo que pude maquillarme, antes de cambiar mi ropa, ponerme perfume y salir corriendo de mi departamento.

Atravesé la puerta principal en el momento que un carro negro se estacionó frente a mí. Justo a tiempo para el señor celebridad. La puerta trasera se abrió revelando a un pelirrojo viéndome directamente a los ojos, me encogí de hombros caminando hacia él.

-¡Vamos! Rápido, ¿qué esperas? -Movió una mano desesperadamente, apresuré el paso y subí cerrando la puerta del carro.

-Hola -dije acomodando mis cabellitos rebeldes que se revolvieron en el camino.

-Buenos días -me saludó el conductor, Ed solamente movió la cabeza en forma de saludo.

-¿Tienes hambre? -preguntó con un tono de voz grueso después de unos minutos, sin despegar la vista de su teléfono.

-Sí -respondí apenada. ¿No había notado que diez minutos atrás me encontraba durmiendo?

Se reclinó en su asiento acercándose al conductor y me vio de reojo-. Tiene hambre, donde te dije. -El conductor asintió sin protestar por su actitud, Ed se volvió a acomodar pero esta vez guardó su teléfono y giró hacia la ventana. Claramente evitando contacto visual.

-Ed, ¿a dónde estamos yendo? -Le pregunté tímidamente y me encogí un poco más en mi asiento. Él despegó su vista de la ventana y se volvió para verme, sonrió.

-Espera y verás -dijo giñando el ojo-. ¿Tienes frío? -Preguntó al ver que me encoja de hombros y frote mis brazos con la palma de mis manos. Asentí-. Apaga el aire acondicionado -le ordenó al conductor, se desabrochó su Hoodie y se lo quitó bruscamente-. Ponte eso -arrojó la prenda en mi regazo.

Bajé la mirada y en vez de ponérmelo, vi confusamente al Hoodie para luego mirar a Ed-. Gracias -dije en un suspiro agarrándolo lentamente. Ed estudió mis movimientos mientras me ponía su prenda, sus ojos reflejaban expectación. Sonrió cuando me abroché el cierre.

-Te queda muy grande -dijo riéndose sin despegar la vista de mí.

Aquella sonrisa hizo que me estremezca y enseguida bajé la mirada apenada mordiendo mi labio inferior. Examiné el Hoodie estirándolo un poco, comprobando lo grande que me quedaba, al volver a su lugar el perfume de Ed me inundó y no pude evitar sonreír.

-Hemos llegado, señor Sheeran -el chofer anunció, Ed despegó su mirada de mí para mirar al chofer y luego por la ventana al local que teníamos al frente.

Sunburn. [Ed Sheeran]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora