Él es Mi Papá

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Dazai sujetaba ambos hombros de Natsu estando agachado y a su altura. Quería decirle la verdad cuánto antes y recuperarlo. Tenía dinero suficiente para mantenerlo y hacerse cargo de él, por lo que quería llevarlo a su nuevo hogar y cumplir su papel de padre y madre para el menor.

Natsu lo observaba un poco asustado por la insistencia del castaño que lo abrazaba con desesperación.

— Mi Natsu, ya no eres un bebé, eres un niño hermoso, mi niño. Ya podremos estar juntos otra vez como antes. ¿Está bien?

— ¡Oye, Dazai! ¡Es un niño! ¡Detente y regresa a tus asuntos, que Natsu y yo tenemos cosas qué atender primero!

Chūya separó a Dazai del pequeño pelirrojo y sujetó una de sus manitas. Natsu no apartaba la vista de Dazai, mientras en su mente y sus pensamientos llegaban vagos recuerdos de aquel rostro y cuello vendados, y esa voz.

— No puedes prohibirme nada, Chūya. El niño es mío y estoy en mi derecho de llevármelo.

— ¡El niño no te recuerda y tengo todos los derechos ahora!

Natsu comenzó a derramar lágrimas y a limpiarlas con sus puños.

— ¡Papá! ¡Papi! ¿Eres tú, verdad? ¡Mi papá!

Sus ojitos azules se iluminaron al recordar a esa persona que tenía tiempo sin ver y ahora veía. Natsu no había visto como un abandono su propio abandono, sino, como un tiempo en el que su padre se tomó un descanso para mejorar, dejándolo al cuidado de su hermano mayor y en buenas manos.

Natsu se soltó de la mano de Chūya para ir a abrazar al joven más alto, quien correspondió gustoso, con lágrimas de felicidad y una sonrisa cálida, mientras palmeaba la espalda del más pequeño con cariño y delicadeza.

— Soy yo, Natsu. Tu papá.

— Natsu. Debemos entrar al edificio.

Chūya habló con autoridad, sintiéndose incómodo por el momento. Desconocía si había razones más allá del regreso de Dazai y su repentino interés por el niño, cuando él mismo lo dejó y no quería verlo jamás por su realidad.

Chūya-nii-san, quiero quedarme con mi papá un rato. ¿Me dejas?

— Natsu. Tu papá no está en condiciones de cuidar de tí. No me gustaría que te sucediera algo malo.

Chūya sujetó una muñeca de Natsu, pero Osamu le había sujetado su mano contraria.

— Nakahara Chūya-kun, seguramente vas al edificio por asuntos tuyos de trabajo, pero Natsu no tiene nada qué hacer ahí.

— Te equivocas. Natsu es un actor infantil y puede ingresar sin problema.

— ¿Un actor? ¿Mi hijo es un actor?

En ese momento, unas estudiantes de primaria y secundaria se acercaron a las afueras del edificio al ver a los Nakahara, sus intenciones eran pedirles autógrafos y algunas fotografías, ya que son grandes fanáticas de ambos.

— ¡Natsu-kun! ¿Nos regalas una foto contigo?

Preguntó una joven con simpatía, poniéndose a la altura del niño y haciendo que Dazai y Chūya tuvieran que apartarse de él.

— ¡Y un autógrafo!

— ¡Yo quiero una foto con Chūya-sama!

Rápidamente, Dazai se iba apartando un poco sintiéndose excluido. Comprendía lo famosos que hermanos pelirrojos eran y debía respetar eso.

DAZAI [SOUKOKU] [MPREG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora