Nueva Vida

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A la mañana siguiente...

¡Yosano-san! ¡Mira esto!

Decía asombrado un joven Detective de 22 años, al encontrar al adolescente Dazai tirado en el lodo, sucio e inconsciente.
La doctora se acercó a ellos para revisar al herido. Ambos habían sido enviados para las compras de la Agencia Armada de Detectives dotados de habilidades, y fue por cosa del destino haber encontrado a ese hombre joven tirado en el lodo.

Lo llevaron a la sede de la Agencia, mostrándoselo al presidente Fukuzawa, el encargado de dicha organización.

Habían despertado al castaño y le indicaron darse un baño. Dazai estaba confundido por lo que ocurría, pero al salir bien vestido, limpio y peinado de los baños, su apariencia era la indicada para ser un nuevo miembro de la agencia de detectives, se lo propondrían sin duda.

— Y bien, joven... ¿Cuál es su nombre?

Preguntó Fukuzawa aproximándose al castaño quien terminaba de amarrar una de sus vendas.

— Osamu Dazai.

Respondió con seriedad. Tenía la cabeza agachada, pensando en porqué estaba ahí, y recordando a Natsu. Aunque lo había dejado en buenas manos, le preocupaba, pero no pensaba regresar por él.

— Únete a la Agencia Armada de Detectives dotados, Dazai-kun. No importa si no posees una habilidad especial...

— La tengo. Y también soy un Detective.

Reveló, interrumpiendo al hombre del kimono. Todos se sorprendieron ¿Habían encontrado a un Detective en una situación tan patética en la calle? Y para su buena suerte, ese Detective tenía una habilidad.

— ¿Cuál es tu habilidad?

Ahora fue el rubio de los ideales quien preguntó. Dazai sonrió más tranquilo y confiado de estar ahí. Después de todo, había varias personas en el lugar, por lo que no podían hacerle daño.

— Anulación. Indigno de Ser Humano. Puedo anular cualquier otra habilidad especial.

Contestó sonriendo, orgulloso de su habilidad. Todos se sorprendieron, de nuevo. ¿Quién en el mundo tenía esa habilidad? Ni siquiera en Europa, América u Oceanía, nadie tampoco en Asia la tenía, hasta que conocieron a Dazai.

— ¡Eso es genial!

— ¡Magnífico!

— Serás un buen elemento aquí.

Elogiaban.

— Dínos, ¿qué hacías tirado en la calle?

Cuestionó Rampo, inspeccionando al nuevo.

— Soy huérfano y no tengo un hogar. Nadie me daba trabajo por... No lo sé, nunca quisieron darme trabajo en ningún lado...

Explicaba, omitiendo la parte de "Nadie me daba trabajo por tener que llevar a mi hijo conmigo". Estaba claro que si ya no se haría cargo de Natsu, no lo iba a mencionar. Ni siquiera les diría de su existencia, lo cuestionarían y sería una vergüenza para él decir toda la verdad. Mejor se quedaba con la versión del huérfano callejero.

— Debiste pasar por mucho...

Comentó Yosano.

— ¡Estoy bien! En realidad he sido muy feliz. Nunca me ha faltado la comida, sólo el hogar, pero es lo de menos.

DAZAI [SOUKOKU] [MPREG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora