Todo a mi alrededor estaba oscuro, sabía lo que venía después. Había tenido ese sueño desde que aparecí sola en aquella carretera.
Estaba cansada de ver esos ojos azules, como si necesitara recordar algo. Como si tuviera que recordarlo, pero no lo recuerdo.
No recuerdo nada desde los 18 años, nada de antes de eso. O por lo menos no hechos exactos. Solo recordaba personas sin rostro a mi alrededor.
Recuerdo que ese día aparecí en medio de una carretera al sur de California y no recordaba nada. Ni siquiera mi nombre, lo supe unos minutos después cuando encontré mis documentos.
No sé nada de mi familia o si siquiera tengo una.
Había pasado estos dos años con una familia que me había encontrado en la carretera y me acogieron como si fuera su hija.
Al principio fue difícil, ni siquiera les dirigía la palabra. Pero no era lo suficientemente estúpida como para quedarme en medio de la carretera a la suerte de que me pudiera pasar cualquier cosa.
Así que tuve que empezar a acostumbrarme, hasta el punto en que dejó de preocuparme el hecho de que todo lo que estaba viviendo era mentira, y comencé a sentir cariño por esos extraños a los que poco después llamé padres.
Aparte de eso no había nada más. Asistía a una de las universidades más importante y costosas de la ciudad, ya que mis padres tenían varios negocios de los que sacaban buen provecho. Lo que nos convertía en una familia con bastante dinero.
++++++
Salí de la oficina de la señorita Green, la madre de Olivia-mi mejor amiga-que acababa de darme una de las mejores noticias en estos últimos años.
Mire a mi amiga pelinegra y ahogué un grito que sonó un poco-bastante eufórico.
—Sabes que estoy molesta contigo ¿Verdad? —Le di una mirada recelosa y me dirigí al aula de matemáticas, tenía que apurarme si no quería hacer enojar a la señora Myllers.
—Oh, Alice no seas así. Sabes que lo hice por ti. Además había que sacar ventajas a que la madre de tu mejor amiga sea la directora. Vamos no me mires así.
—Olivia en serio te lo agradezco, pero igual me molesta que ni siquiera lo hayas consultado conmigo. Después de todo eran mis cuadros.
—Si ya se, pero piensa que en unos meses tus cuadros estarán colgado en una de las galerías de la ciudad.
La mire con mala cara y una sonrisa se posó en mis labios.
—Gracias —dije en un susurro apenas audible, casi para mí misma.
—¿Qué? —preguntó alzando la voz más de lo normal. Ambas sabíamos que lo había escuchado.
—Nada.
—Se lo que dijiste —Me miró levantando las cejas.
—No sé de qué me hablas, ya llegamos a clases y no, no me mires con esa cara de perrito mojado.
—¿Perrito mojado? Mira quien habla. Enana.
—Ah, como puedes decir eso. Se supone que soy tu mejor amiga —Llevé una mano dramáticamente hacia mi corazón.
—¡¿Me lo dices a mí?! ¡Me llamaste perrito mojado! —dijo mientras se llevaba una mano a la cabeza.
¿Estamos exagerando? Si. ¿Seguiríamos así? También. O eso pensábamos hasta que la puerta del salón se abrió y una profesora de matemáticas enojada apareció en nuestro campo de visión.
—Señorita Green, señorita Scott. ¿Podrían decirnos a todos que es tan interesante como para no entrar a la clase?
Sentí como la sangre subía a mis mejillas y la cara de Olivia cambiaba por completo.
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Amnesia
Teen FictionAlice Scott, una chica con una vida relativamente normal. Con la excepción de que todo lo que vivía era mentira. Todo lo que había sucedido después de aquel incidente había sido una mentira para ella. Y todo antes de eso había sido solo un anhelo. R...