Como de costumbre, cada viernes en la tarde, mi hermano y yo salíamos de la escuela y pasábamos por la tienda de la señora Mary para comprar algunas cosas para la cena.
Esta siempre nos recibía con una enorme sonrisa agradeciendo el pastel que la abuela y yo siempre le preparábamos como muestra de agradecimiento y nos dejaba ya listas las cosas que siempre comprábamos.
Así de prácticos éramos. En caso de tener que comprar algo fuera de lo común la llamábamos para que lo dejara listo o en otras ocasiones simplemente llegábamos y lo cogíamos de la tienda.
Luego de eso, si era necesario íbamos a casa de Eleonor— una de las buenas amigas de la abuela—para buscarla o como solía decirnos ella a mí y a mi hermano, para salvarla de aquella mujer que sabía más de la vida de los demás que de la de ella misma. Supongo que son cosas de ancianos.
Después de todo el viaje llegábamos a casa, y mientras Aaron se dedicaba a molestarme en lo que yo hacia la comida, la abuela se recostaba en el sillón y se quedaba viendo una de sus ridículas novelas. En la que o el principal de alguna manera terminaba muerto, o la heroína lo mataba, aunque también podían llegar a estar ambos juntos, pero de esas nunca vi muchas.
Bien sádica la abuela.
— ¿Que vas a hacer hoy para la cena? —Preguntó el idiota a mi lado.
—Es sorpresa, así que no me vuelvas a interrumpir o me veré obligada a contraatacar. —El comenzó a reírse y yo solo puse los ojos en blanco—Por cierto, mañana voy a salir con Noah.
—No sé cuántas veces debo decirte que dejes a ese idiota. —La sonrisa se esfumo de su rostro.
—Y no sé cuántas veces debo decirte que simplemente no puedo. —Vi como su expresión cambiaba y opte por cambiar de tema— ¿Ya lo llamaste?
— ¿Al vampiro? —Asentí y sonreí al recordar el ridículo apodo que le tenía cuando éramos pequeños. —Claro que sí, es viernes en la noche, sabes que nunca se negaría a probar tus dulces. —Dijo y robo uno de los cupcake que recién había hecho.
—Eres un exagerado, y también un muerto de hambre ¿No puedes simplemente esperar unos minutos? —Le di con el codo en uno de sus hombros a lo que él soltó un quejido apenas audible por llevar la boca llena.
—Lo siento, me declaro culpable, con tus dulces y los de la abuela cualquiera se rendiría. Además de que eres una ciega, en serio no entiendo como no te das cuenta. —Lo mire extrañada y el solo negó con la cabeza—Eres un caso perdido.
—Si yo soy ciega, tú eres un idiota y punto. Y ahora ven y ayúdame a terminar con la nata y luego ve a poner la mesa.
++++++
Una vez que todos estuvimos en la mesa, la abuela sonrió al probar un bocado de comida.
—Cada día eres mejor cocinando, creo que pronto me alcanzaras. —Sonreí con su comentario.
—No seas exagerada, todos aquí sabemos que nunca te podría superar.
—Tu abuela está en lo cierto, Alice. Si no fuera porque la abuela lo menciono, no hubiera sabido cuál de las dos lo hizo—Miré al pelinegro y sonreí.
—Eso me ofendió niño—Todos comenzamos a reírnos y la abuela le dio una palmadita en la espalda—Solo bromeaba, pero deberías mejor ahorrarte tus comentarios para cuando estén solos. —La abuela le sonrió y yo simplemente perdí el hilo de la conversación.
—Si es que llega a pasar.
++++++
Una vez que estuvimos yo y Aaron solos, ambos nos dirigimos a la cocina para limpiar la vajilla y luego irnos a dormir.
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Amnesia
Novela JuvenilAlice Scott, una chica con una vida relativamente normal. Con la excepción de que todo lo que vivía era mentira. Todo lo que había sucedido después de aquel incidente había sido una mentira para ella. Y todo antes de eso había sido solo un anhelo. R...