2-Aidan Gallagher.

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—¿Entonces, señorita Fox, para que me necesita?

—Si vuelves a hablar te juro que mañana no llegas con vida a la escuela.

—Bueno ¿Qué querías preguntarme?

—Tu sabes lo que hiciste, solo confírmalo.
— Dije con la vista fija en sus ojos verde oscuro, que eran prácticamente lo contrario a los míos, ya que eran mucho más claros que los de ella.

—Ya te dije que fui a hacer unos recados que mi madre me pidió.

—¿Y Max? Él siempre me acompaña cuando tu madre te envía a hacer algo.

—Hoy me dijo que tenía que irse un poco más temprano. Tenía ensayo. — En eso no mentía. Había hablado hace algunos minutos con mi padre y me había dicho que Max había ido más temprano a ensayar con la banda.

—¿Y por qué no fuiste con él? Después de todo tú también estas en la banda.

—Es que... ya sabes... mi madre me envió a hacer unos recados. — Oficialmente algo le pasaba.

—Mira dejemos de lado el hecho de que hayas hablado con el dementor, alias Jack ¿Qué te pasa?

—Supongo que no te lo podía ocultar. Mi padre viene en una semana...y el también. — ¡Oh mierda!

—Nunca se lo dijiste a tu madre ¿verdad?

—No. En fin. — Le dio una mordida a su hamburguesa y me miro. — ¿Cómo te fue con el chico nuevo?

—¿Cuenta que le haya estampado el libro de matemáticas en la cabeza y haya salido corriendo? —Dije con mi mejor sonrisa inocente.

—Luego pregunta porque no sale con nadie. Alice, pregunta seria. ¿Alguna vez no has espantado a alguien?

—Eh...a Max nunca lo he espantado. Además, no es mi culpa que el dementor se acercara a mi más de la regla establecida. O sea 1 metro o en caso de dementores como el 2 metro.

—Es que es idiota. El pobre se sienta al lado de una psicópata. Lo peor es que mañana vas a tener que verle de nuevo, por si fuera poco.

—Cállate. Por cierto, ¿Cómo van los ensayos? Mi padre dijo que dentro de una semana tenían una presentación.

Les doy contexto. Olivia y Max junto a otros dos chicos de la universidad habían comenzado una banda, y mi padre al ser el dueño de una de las discográficas más importante, y al ser yo su hija, se podría decir que es su manager. Ventajas de tener amigas como yo.

—Por ahora nos va bien, Max tiene algunos fallos a veces, pero nada que no se pueda corregir. Y en cuanto a los demás creo que les cogieron miedo a los regaños de tu padre y ya no fallan como al principio. — Olivia cantaba, Max tocaba la guitarra, Jed era el baterista y Abbi tocaba el bajo. Y eran realmente muy buenos. Sobre todo, Max y Olivia y no lo digo porque fuera mis amigos.

Y es que Olivia y Max se habían criado en el mundo de la música y fue por sus padres que ambos se conocieron. Lo de ellos era el típico cliché de los dos amigos de la infancia que siempre están juntos e incluso van a la misma preparatoria y al final terminan juntos por una tercera persona—casi siempre la amiga de la protagonista—.

—Bueno ¿Me acompañas a casa? —Pregunté, aunque sabía que su respuesta seria afirmativa, literal su casa estaba al lado de la mía.

—Sería un honor para mí, señorita Fox.

—Si no te estampo uno de mis libros en la cabeza, agradécele a mi paciencia.

—Perdón, vámonos.

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