"Todas las cosas nacen del fuego y a él vuelven"-Principio de la Alquimia.
...O...
-El cosmos de Camus...Murmuró Kumari Kandam, siendo escuchado únicamente por Shaka, quién corría con él hombro a hombro hacia el siguiente templo, seguidos de cerca por Dohko y Aldebarán.
-¿Acaso te preocupa?-Le cuestionó extrañado de forma genuina el ojiazul, pues no estaba al tanto del lazo que, involuntariamente, se había forjado entre ellos.
Naturalmente no tuvo respuesta, Kumari solo se limitó a continuar su marcha. Tras un par de minutos se encontraron frente al segundo templo: Fuego.
Dohko vio el símbolo y recordó las palabras del guardián del templo del Agua, sus ojos se encontraron de inmediato con los de Tauro, quién asintió con la cabeza adivinando sus pensamientos.
-Shaka, ustedes sigan adelante, yo me quedaré a luchar.
-Maestro...-Quiso replicar el rubio, pero inmediatamente la mano de Dohko encontró lugar en su hombro izquierdo, lo apretó suave pero firmemente y le regaló una de sus usuales sonrisas.
-Muchacho, Kumari y tú deben llegar cuánto antes al recinto de Arles, deja que nosotros nos encarguemos del resto.
El hindú lo vio con intensidad, pero entendió el gesto y lo agradeció. Kumari por su parte sostuvo la mirada con Dohko un par de segundos y finalmente le dijo.-El fuego en la Alquimia es uno de los elementos más importantes, necesario para la transmutación de la materia, crea y destruye...
Dohko movió su mano de arriba a abajo, restándole importancia a sus palabras.-Si ya lo sé, no olvides que llevo más de 200 años en este mundo, estaré bien. Andando.
Aldebarán dudó, admiraba a Dohko y estaba consciente de su fuerza y habilidad, pero ¿Sería prudente dejarlo solo en esta batalla? Ni Milo o Camus habían conseguido salir del primer templo, y no sonaba ni de cerca tan temible cómo este. Más las palabras del antiguo maestro eran absolutas.
Se hizo entonces su voluntad, entrando todos al templo con la intención de dejarlo solo. Sin embargo, apenas pusieron un pie dentro, la tierra empezó a levantarse y dividirse, separándolos.
-¡Shaka! ¡Kumari!-Gritó Dohko mientras intentaba mantenerse en pie con los temblores del suelo, el cual se alzaba y caía, hasta que el chino terminó por perderlos de vista, ahora lo único que podía divisar eran muros enormes a su alrededor, que formaban pasillos estrechos que parecían no tener fin.
-Es un laberinto.-Dijo Aldebarán atónito, quien se había quedado del lado de Dohko. Acto seguido golpeó fuertemente uno de los muros, sin embargo, no consiguió hacerle más que un par de grietas. Para su asombro, estas se cerraron apenas retiró el puño.
El Tauro gruñó molesto al pensar que el enemigo se había hecho de esta artimaña absurda en vez de dar la cara.-¡¿No era este el templo de fuego?! ¿Que significan estas barreras?
Dohko se quedó pensativo un momento.-Es extraño viniendo de ti mi querido amigo, que te preocupen esas nimiedades.-Le sonrió.-Lo mejor será empezar a correr, tarde o temprano su guardián vendrá por nosotros y entenderemos su juego.
El mencionado dio un respingo y asintió, después ambos se pusieron en marcha.
-Shaka, Kumari, espero que se encuentren a salvo.-Pensó el brasileño mientras corría, no podía sentir sus cosmos, se tranquilizó pensando que debía ser otro truco de su oponente y creció con ello su deseo de enfrentarle cuánto antes.
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Un viaje
RomansaLos caballeros de oro del siglo XX son revividos después de perecer nuevamente en Asgard por la diosa Athena a costas de un sacrificio de su parte, sin embargo se les ha prohibido seguir formando parte de la orden, por lo que deberán vivir su ultima...