Las cosas realmente no habían pasado como lo esperaba, en vez de llevarse mal y de que ella entienda que debía volver a estudiar de alguna manera encontraron un equilibrio incómodo en el que podían coexistir de una forma casi tolerable. Ella no había regresado a sus estudios, algo que en fondo no se perdonaba; pasaba sus tardes haciendo cosas bastante típicas entre las esposas sangre puras, cosas totalmente inutiles y vanales. Luego de las primeras dos semanas y a un paso de pensar que había ganado ella terminó adaptándose y aunque había perdido el brillo de la inocencia de alguna manera le había escapado la locura.
La habitación del hotel donde se estaban hospedando era demasiado suntuosa para lo que realmente estaba acostumbrado o le gustaba y el desayuno demasiado abundante para creerlo tolerable en un día normal pero no tenía más opción que aquella. No podía llevar a su esposa a dónde él estaba acostumbrado ni escaparse de los protocolos de los que se había zafado durante tantos años. Luego del desayuno, mientras él fingía leer el diario esperando el tiempo prudencial para irse miró fijamente a la jóven delante de él. Estaba comiendo más de lo habitual, lo que le acentaba bastante bien luego de aquella maldición mal sanada. Sus pómulos ya no parecían enfermos y el blanco acartonado que había adquirido su piel estaba desapareciendo paulatinamente y aunque podría comsiderarse bonita él jamás podría dejar de verla como su alumna.
El reloj sonó demasiado fuerte en el silencio habitual se sus desayunos y cómo si tuviera un resorte comenzó a irse... escapar de ese ambiente tenso para ir al lugar prohibido, uno que había prometido abandonar pero nunca lo hizo.
- Va a salir? - otra cosa que le había cambiado a su esposa era su voz; ahora fría y cortés; quizás muy parecida como lo sería la de cualquier mujer sabe pura, pero en una niña a veces era un poco impactante.
- Si. Puedes salir a donde lo desees... París mágico es bastante diferente de Londres. Sobre la repisa hay dinero.
- Gracias pero prefiero no salir sola. No quiero verme en ninguna situación estresante. - no esperó hasta que Snape saliera de la habitación para dirigirse a un sillón a leer alguna de las novelas baratas que había comenzado unas semanas antes. Los textos académicos los había dejado por completo y solo había mantenido los que explicaban cultura o costumbres mágicas. Quizás su vida se habían vuelto más tranquilas en el ámbito privado pero infinitamente aburridas y sin contenido alguno. No era ni siquiera un buen matrimonio por conveniencia, era una niña o la cáscara de una niña mejor dicho rota y sin ningún objetivo en su vida. El sexo seguía siendo terrible y la compañía carente de cualquier conversación por más mínima que sea.
La habitación sin ventanas, lúgubre y descuidada olía a sexo y cigarro. La mujer chorreaba agua mientras caminaba desnuda fumando miemtras el hombre aún se mantenía acostado con el torso sin rastro de ropa, brillando por el sudor y las luces de las veles perennes. Una mano tapaba su cara y su cabello humedo se entrelazaba entre sus dedosiemtras suspiraba frustrado. Debería haberla dejado hace semanas cuándo su esposa remarcó que todos sabían de eso y aunque había prometido no volverla a ver ahí estaba, luego de una maratón de varias horas con la convicción de que unas gotas de veritaserum habrían conseguido la misma o más información de la que obtenía de cada encuentro. Sabía también que eventualmente tendría que terminar de una vez la relación que tenía, si bien no se esperaba fidelidad de él, si era verdad que una relación extramatrimonial antes de tener un heredero o incluso en cualquier momento pero de tanta duración sería un escándalo. Un escándalo que la niña no debería soportar.
- Severus, amor, quédate esta noche. Tú sabes que ella nunca podrá complacerte como yo.
- Es cierto, pero sigue siendo mi esposa. Y debo mantener mínimamente las apariencias. - Pudo notar la indignación y la ira de la dama pero realmente no le importaba, ya tenía lo que había ido a buscar y podría seguir su vida. Aún no había decidido desechar el sexo con ella en ese momento pero por la actitud que tenía podría adivinar que albergaba sentimientos por él, que por muy útiles que fueran podrían traer más problemas que ventajas. - Doris quiero ser completamente claro. Tú y yo no vamos a empezar ninguna relación real, no tengo ningún sentimiento por tí. Tenemos un buen sexo pero...
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Matrimonio Forzado
FanfictionHermione es obligada a casarse con Severus Snape debido a una ley de matrimonio impulsada por Voldemort. Snape es un sangre pura y una persona muy respetada en ese mundo, Hermione es una intrusa que debe amoldarse al estilo del hombre. Trato de ma...