Capítulo 2- Un último paseo

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David estaba sentado en el suelo, se pasaba contantemente las manos por su cabello, no podía acordarse de nada, que fue lo que hizo para terminar con su vida.

El otro joven solo se limitaba a mirarlo.

—Eres Dios?—

Le hizo gracia su comentario.

—No—

David se sintió un poco decepcionado, el siempre creyó en un Dios, en que había algo mas de la muerte, y si lo único que había después de la muerte era un joven alto que le miraba todo el rato y un cuarto blanco se iba a volver loco.

—Digamos que Dios es el jefe, y yo soy su trabajador.—

El chico asintió la cabeza para luego preguntar

—Entonces quien eres?— cuestionó

—Te acuerdas de la oración que hacías de niño con tu mama? Soy tu ángel de la guarda—

David, como un rayo fugaz, se acordó, la escena vino a su mente. Casi se molestó, no entendía nada de lo que estaba pasando.

—Y si esperas a que te diga mi nombre, pues no quiero decepcionarte, pero tu nunca me pusiste nombre—

David sonrió irónico, lo único que necesitaba ahorita era preocuparse por un nombre

>>Este man<<

—Si quieres me puedes llamar Esteban—

Dijo su ángel de la guarda por su anterior pensamiento

David se hizo para atrás brusco, no espero eso.

—Puedes leer mi mente?—

"Esteban" suspiro y asintió ligeramente la cabeza, se acerco y puso su mano en su hombro

—Todas tus dudas serán resueltas, ten paciencia.—

Pasaron algunos segundos, minutos tal vez horas, no estaban seguros, no podían sentir el tiempo como tal

David tan solo se veía las manos, porque no se acordaba de nada.

¿Veía sus manos, que habían hecho en toda su vida? No se acordaba de nada, ¿Qué acaso fue un bueno para nada, que se la pasaba dormido todos los días?

—Esto se esta tardando?—

—Que?—

—Según a lo que me han dicho, esto tuvo que haber sido más rápido—

—A que te refieres con eso- cuestiono David—

—En que ya tuvimos que haber sabido—

—Sabido que? — pregunto de mala gana

—Si iras al infierno o al cielo o al purgatorio, ya tuviste que haber entrado al siguiente plano—

Los nervios de David aumentaron, "Esteban" los noto al instante

Que era lo que estaba pasando, que iba a pasar, David no sabia lo que pasaba, pero, talvez por sentido común sabia que no era normal lo que estaba pasando 

—Que tal si damos un paseo, un último paseo— extendió su mano hacia David 

Te doy mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora