Capítulo 4- Su hogar

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—Ahora a donde vamos—

—Por aquí, sígueme—

Llegaron a una casa, no era tan grande, pero era mas grade que otras ahí. Al verla no se acordó de mucho, pero un lindo sentimiento inundo su corazón.

—Mi casa—

—Nuestra, yo viví contigo por mucho tiempo.—

David sonrió de lado.

—Pasa—

Entro a la casa y lo primero que vio fue una mesita con bastantes cajas de medicinas.

Se dirigió a la izquierda y vio su sala, color café, con una mesa de centro con flores en ella.

A la derecha un comedor cuadrado, enfrente una gran ventana, después la cocina, una estufa, un refri.

Con sus manos tocaba una mesa café alargada, había varias fotos de ellos, una mujer con una gran sonrisa abrazada de dos niños, uno de ellos tenia los ojos cerrados, sonriendo ampliamente, mientras que el otro estaba mas serio, tenia una pequeña sonrisa en los labios y unos ojos cafés cansados.

Pasaron al piso de arriba, había solo dos cuartos. En el cuarto de la derecha. La cama perfectamente tendida, ropa doblada encima de ella, habrían dejado la tele prendida, en una pequeña mesa a un lado de la cama, había pastillas sueltas y una taza de café, todavía estaba tibia.

En esa mesa, David tomo con sus manos una fotografía, dos jóvenes con grandes sonrisas, dos recién casados, al ver la foto podrías percibir su amor, a un lado de esta foto había dos más, en la primera era la foto de un hombre, joven, de ojos azules, era el joven de la foto anterior.

Dejo la foto en su lugar y tomo la siguiente, eran dos niños, vestidos en un traje ridículo de marineros, dejo la foto en su lugar, con un sentimiento vergonzoso, los labios fruncidos y las cejas hacia arriba.

Salió del cuarto y se dirigió al otro, ese cuarto estaba algo desordenado, había dos camas, cada una en un extremo del cuarto, tenia un escritorio largo y dos sillas con rueditas, sin poder contenerlo se sentó en una de ellas, la de la izquierda, y se dio vueltas en ella, al parar se levantó y siguió apreciando todo, en una de las mesas de noche había cajas de pastillas y un vaso con agua.

Se acerco al escritorio, y del lado izquierdo, había bastantes papeles, el de hasta arriba, era un sobre que ya estaba abierto.

Lo abrió cuidadosamente, saco una hoja, la desdoblo y la empezó a leer.

—Estoy en la universidad? — pregunto sonriente

—Ibas...—

David no necesitó que terminara la frase para saber a lo que se refería, aun así  siguió sonriendo

"Universidad de Bradford"

Por un momento se sintió contento y orgulloso

—Tal vez te guste leer mas abajo— señaló

"Beca del 90%. Beca de talentos" "Gran talento musical, un gran futuro, el y su guitarra eléctrica" "Felicidades"

Inconscientemente con su mirada busco a su "adorada guitarra" y la encontró, estaba arriba de su cama.

Se sentó en la cama, y la tomó en manos, y talvez no se acordaba de los acordes y talvez no se acordaba por completo de que había pasado, pero al colocar sus manos en el mango, empezó a tocar.

Esteban lo veía con una sonrisa en el rostro, mientras que David tocaba con los ojos cerrados.

Su corazón descanso al tocar aquel instrumento, al terminar se acordó y abrió los ojos.

—Tenia una púa en forma de corazón.—

—Si! Fue de tus primeras púas, aun la tienes y la cuidaste mucho—

—Si me acuerdo.—

El busco por la mesita, y en sus bolsillos, pero no había nada. Casi se entristeció.

....

Ambos salieron del cuarto, bajaron las escaleras y se pararon en un gran ventanal, una ventana que podías abrir.

David salió, y un perro se acercó rápidamente ladrando desenfrenadamente, hasta que guardo silencio y empezó a saltarle y a moverle la cola.

Era un perro grande, era un Golden retriever.

—Fly! ¡Hola princesa, me extrañaste!—

Le pregunto mientras le rascaba la panza y esta le hacia fiestas. Se quedo un momento en silencio, disfrutaba sus últimos momentos estando con ella.

—Si!, si me extrañaste. Luego te voy a ver. - dijo depositándole un beso en su cabeza- Nos vemos luego Fly.—

Terminó de decir para luego salir de la casa, de su hogar.

....

Un joven estaba en su cuarto, estaba en acostado en su cama, se estaba tomando unas pastillas.

Dejo en su cama lo que estaba haciendo, para incorporarse. Sintió mucha sofocación, algo en su pecho, todo empezó a dar vueltas.

Y de pronto ya no sabia como respirar. Salió del cuarto a empujones.

—NO! -No! Puedo respirar—

La persona que estaba en el otro cuarto le escucho y salió apresuradamente.

—NO puedo respirar, mi-mi corazón— dijo el joven mientras se agarraba el pecho. Le dolía

—Tranquilo todo estará bien...—

Te doy mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora