Capítulo 6- La niña de ojos brillantes

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Algunos dicen que el amor es una casualidad.

Pues yo creo que nuestros corazones están conectados, desde el momento en que hay vida, el corazón de  esa persona que amaras hasta que la muerte los separe ya están juntos, ya están conectados.

...

Ambos cerraron los ojos y de un momento a otro estaban en un lugar completamente diferente. Para empezar, era de día, y había edificios altos, parques, gente caminando o en bicicleta, aparte que las personas se veían diferentes... estaban en Bradford

....

Una chica, sentada en la orilla de una banqueta, con los ojos llenos de lágrimas, respiraba intranquilamente. Se encontraba en un panteón, estaba visitando a su abuela, cumplía dos años de fallecida, su labio temblaba sin parar

Sostenía unas flores en sus manos, y los pensamientos le aturdían

Tal vez pudo hacer más, tal vez había sudo su culpa... talvez, solo tal vez. ¿Y si hubiera? Y si...

—Es ella?—

—Es ella—

—Es es hermosa—

Dijo David con un aire de melancolía

Paso rápidamente por su lado, la chica se hizo para un lado, un zumbido la había sacado de sus pensamientos.

>>Pero en que rayos estaba pensando<<

Vio hacia todos lados y se levantó.

No le tomo mucha importancia

—Que va a pasar con ella?—

—Seguirá con su vida, conocerá a un nuevo amor, pero aun así siempre estará conectado a tu corazón.—

David sintió impotencia, frunció el ceño y apretó los labios

—Por qué? ¿Por qué? No la conozco y aun así siento que la amo, porque tuvo que ser así, ¿por qué hoy?, porque no en un año?, ¿por qué no la alcance a conocer?...—

Esteban entendía su dolor, su corazón

—No la conozco, pero ahora que solo se el color de sus ojos, que no se ni su nombre, la acompañare. Pero si la hubiera conocido. Oh Dios. Todo lo que me voy a perder.—

David, quería gritar y antes de que pudiera hacerlo Esteban habló

—Acércate a ella—

David lo vio confuso, Esteban se volvió a acercar, puso su mano en su cabeza y lo empujo.

La chica de ojos brillantes, se secaba sus lágrimas, sumida en su propio dolor hasta que algo la saco de ahí.

Una pequeña abeja.

Ese pequeño animalito bailo enfrente de ella, se movió de un lado al otro. Y aunque aquella chica le daban miedo las abejas, con esa peculiar abeja no...

David se puso enfrente de ella y empezó a hablar  como si ella le pudiera escuchar 

—Tan solo quiero que sepas, que me enamore de ti en menos de cinco minutos, siempre llevare tus dulces y brillantes ojos en mi corazón, y que, aunque "conozcas un nuevo amor, y aun así estés conectada a mi corazón" déjame decirte que tu fuiste y eres la indicada. Ay Dios, yo sé que hubiéramos sido muy felices juntos, y sé que nos hubiéramos amado mucho. Hubieras sido el azúcar que a mi vida siempre necesité, y yo hubiera sido el tuyo. TE AMO

Empezó a hablar mas fuerte con la esperanza de que le escuchará

—YO TE AMO, y siempre te visitare, e iré cuando tus hijos nazcan, y déjame decirte que ¡los amare como míos! TE AMO NIÑA DE OJOS BRILLANTES—

¿Han escuchado la historia del por qué gritamos cuando estamos enojados con una persona?

¿No? Pues yo te la contare

Se dice que cuando nos enojamos con una persona, todas esas cosas que nos hieren, que nos afectan esas palabras que queremos olvidar, van haciendo una muralla en nuestro corazón, haciendo que nuestros corazones se vayan apartando más y más.

Así, aunque estemos cara a cara gritándonos, no es por que no nos escuchemos o estemos lejos físicamente, sino que nuestros corazones son quienes se alejan.

David se sentía así, se sentía cerca, pero lejos al mismo tiempo, su corazón estaba lejos, muy lejos.

La chica de ojos brillantes se secó las lágrimas. Y sonrió al ver cual curioso animalito enfrente de ella, zumbando y moviéndose.

—Oh, pequeña abejita- dijo mientras se secaba las lágrimas— ¿acaso estas coqueteando conmigo?— finalizo sonriendo

David, quien la había escuchado, sonrió, habría llamado su atención, dejo sus tristezas de lado y empezó a volar alrededor de ella. David la miro, grabando en su mente todo detalle físico, su sonrisa, esos ojos brillantes, su cabello, su color de piel, todo. Hasta que en un momento tan solo se fue volando hacia otra parte.

La chica le busco con la mirada, no estaba por ningún lado 

Sonrió, >>ay que abejita, me saco de mis tristezas, solo un poco<< pensó para dirigirse a su carro y marcharse del lugar.

Mientras que David con el corazón partido la miraba irse.

....

Te doy mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora