14

90 13 0
                                    

YuNa se quedó todo el día en casa de YeJi, aunque conforme pasaban las horas tenía más ganas de irse, de regresar a su casa y estar con su humana, que parecía tardar a propósito.

Lentamente su humor fue decayendo, sus amigas se dieron cuenta de ello, aunque no dijeron nada, esperando que sus juegos y Charla lograran animarla, pero la gatita parecía cada vez más triste.

— Extraño a RyuJin —fue todo lo que les dijo, haciéndolas callar.

Por la noche, sin nada más qué hacer, Yuna estaba con las orejitas bajas, mirando al suelo, con su flequillo cubriendo sus ojitos, seguía esperando a que RyuJin volviera por ella, aunque no había señales de que eso estuviera cerca.

La sensación de abandono la inundó de nuevo.

Odiaba sentirse así, y para su desgracia, ya había sufrido eso varias veces.

Temía que RyuJin la dejara igual que sus otras familias, aunque una parte de ella se autoconsolaba con que al menos, podría quedarse en casa de YeJi todo el tiempo que quisiera, la chica no tenía ningún problema en que se quedara, y todavía recordaba el día en que la conoció, cuando le había dicho cosas lindas y comentarios de que esa sería su nueva casa y ella su nueva dueña.

Aunque al final había terminado con RyuJin.

Algo en aquella linda castaña cachetona le había gustado, quizás su tranquilidad, su calidez, sus mimos o su cómodo aroma.

Pensar en RyuJin sólo lo hacía sentir peor. — ¿Yuyu?

La gatita no miró a YeJi, la humana suspiró un poco, arrodillándose a su lado, acariciando su cabecita.

— RyuJin me llamó, está viniendo —dijo, y con sólo esas palabras logró que sus orejitas se alzaran.

— ¿No me abandonó?— YeJi frunció el ceño. — ¿Por qué te abandonaría?

— Ella... Estaba enojada cuando me dejó aquí — murmuró—. Y ya pasó mucho tiempo —miró un poco hacia la ventana—. El sol se fué y ya está todo oscuro... Comí dos veces estando aquí... Mucho tiempo —pequeñas lagrimitas aparecieron en sus ojos.

A YeJi le pareció adorable la forma que tenía la híbrida de contar el paso del tiempo.

— RyuJin no te dejaría nunca, Yuna —dijo YeJi con seguridad—. ¿Vamos a esperarla abajo? — preguntó, para ver a la gatita asentir con seguridad.

Viendo a la híbrida sentarse en el sillón, mirando la puerta con atención y las orejas alzadas, la dejó sola.

RyuJin tenía una copia de las llaves, y podía entrar cuando quiera, además, ella debía calmar a sus dos pequeñas híbridas quienes estaban preocupadas por YuNa, y su dueña debía darles una charla para que dejaran de revolotear a su alrededor con preguntas. YeJi no había mentido, y minutos después RyuJin apareció en la puerta, YuNa había querido ir hacia ella para abrazarla pero un feo y fuerte olor que no conocía la hizo detenerse a unos pasos de ella.

Bad Luck | SRJ + SYNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora