019. 𝗗𝗜𝗔 𝗗𝗘 𝗣𝗟𝗔𝗬𝗔

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                                Julia;

Tengo sueño —hice puchero mientras Pedri trataba de despertarme.

—  Vamos, Juli —dijo suspirando mientras me destapaba.

— No quiero —negué y volví a taparme con las sábanas.

El me las volvió a sacar y se me tiro encima.

— Tu tuviste la idea de ir, ahora te levantas, guapa —dejo besos en mi mejilla. Suspire rodando los ojos.

Unos días previos habíamos arreglado junto con Gavi, Sira, Ferran, Ansu, Martina y nosotros iríamos a la playa de mañana hasta noche noche.

— Ya —me queje y me levante un poco enfadada de la cama. El se rio bajito.

Entre a el cuarto del baño y me lavé los dientes y mi cara. Peine mi cabello y lo deje suelto. Me hice las pestañas y me puse gloss y rubor.

Unos minutos después salí de el baño y me encontré a Pedri ordenando la cama. Levanto la vista cuando escucho el ruido de la puerta.

— Que hora es? —le pregunté mientras sacaba la ropa que llevaría y la que me pondría.

— Creo que las ocho —dijo mientras se sentaba en la cama ya ordenada.

Asenti y busque una mochila para poner todo lo que llevaría. Pedri ya la tenía hecha desde ayer.

El observaba cada acción que hacia con los ojitos brilloso.

Me cambié rápidamente delante de él. La confianza que habíamos tomado en estas semanas era genial. Desde la charla que habíamos tenido algunas noches antes, ya no me sentía insegura de mi cuerpo.

— Terminaste? —pregunto mientras se levantaba de la cama y se acercaba a mi.

— Sip —enrede mis brazos en su cuello con una sonrisa.

El agarro con ambas manos mi cintura y junto nuestros labios en un beso largo. Comenzo siendo dulce y termino siendo salvaje. Acaricie su mandíbula y me apreté a su cuerpo. El solto un suspiro en medio del beso y fue inevitable no sonreír.

Al final nos separamos por falta de aire, deje un pico en sus labios para luego separarme de él.

— Vamos o que? —le pregunté divertida mientras él cerraba los ojos y maldecia por lo bajo.

— Esto no se va quedar así, Julia —sentenció serio.

[...]

— Es grandioso! —dijo Sira mientras veía las vistas que nos proporcionaba la playa.

— Lo es —dijo Martina, ella nos había recomendado este lugar.

— Miralos, que risa —señale a los chicos, quienes trataban de armar una carpa gigante.

Las tres soltamos carcajadas mientras veíamos como los chicos se peleaban por ver como se hacía.

— Le adverti que era difícil esa jodida carpa —dijo la dueña de la carpa.

— Es verdad, tia —Martina le dio la razón a Sira.

Las tres estábamos en un bar a dos pasos de los chicos, literalmente. El bar era hermosísimo y tranquilo. No había mucha gente y más porque era día de semana.

— Que pedimos? —preguntó Marti mirando la carta.

— Pues yo quiero una piña colada —dijo Sira asintiendo.

— Yo quiero un Daiquiri —sonreí.

— Vale, entonces una Piña colada, un Daiquiri y una Margarita —dijo mientras llamaba al mesero.

𝗖𝗔𝗡𝗔𝗥𝗜𝗔𝗦 | pedri gonzález ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora