037. 𝗖𝗢𝗡𝗙𝗜𝗔𝗡𝗭𝗔

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                                      JULIA;

Mis ojos fueron abriéndose de apoco con mucha pereza. Sentía mi cara caliente y mis ojos aún hinchados. Fue ahí cuando me acordé del porque estaba así. Suspiré cuando mis ojitos comenzaron a picar nuevamente.

Que sensación más fea.

Cogí mi móvil de la mesita de luz de Agustina y lo prendí.

Comenzó a vibrar apenas lo prendí, tenía muchas notificaciones. Mensajes de Pedri, llamadas de el y alguna que otra notificación.

No le di importancia y simplemente tire nuevamente el teléfono a la mesa.

— ¿Ya estás despierta? —hablo por mis espaldas Agustina.

Me di media vuelta y la vi entrando a la habitación.

— No.

Ella se rió levemente.

— Linda, tenes que levantarte y comer algo —dijo sacándome las sábanas.

— No quiero Agus, solo quiero dormir —hice puchero.

— Así no se solucionan las cosas, Julia —me regañó. La mire por unos segundos.

— ¿Dónde está?

— Abajo, muy preocupado y triste —soltó.

— ¿No tendría que ser esa yo? —reí amargadamente.

— Hable con el, me contó todo y le creí. Tenes que hablar ahora vos con el, y que te explique la situación de todo lo que paso antes de lo que viste —explicó.

— No quiero hablar con el, quiero volver a Barcelona —dije bajito con mis lágrimas en mis mejillas.

— No llores —hizo puchero mientras me abrazaba.

— No lo se, no quiero perderlo, pero si tuvo la consciencia en ese momento de sus actos, no creo poder seguir con esta relación —dije con la voz rota.

— Escúchame, te vas a bañar, vas a arreglarte y vas a bajar abajo —dijo sujetándome la cara—. Hablas con el y tratan de solucionar el problema como dos personas civilizadas.

Agustina por una parte tenía razón.

— Bien —solté rendida.

— Bueno dale, te espero abajo —dijo dándome un beso en la cabeza antes de salir corriendo de la habitación.

Suspiré y tome el valor de salir de la habitación e ir a la que compartía con Pedri.

Entre rápidamente en esta y busque algo que ponerme. Gracias a dios el no se encontraba aquí.

Corrí rápidamente al baño y me metí en este cerrando con llave. Me desvesti y me metí a la ducha a bañarme. Ahí mismo aproveche y me lave los dientes.















BAJE LAS ESCALERAS LENTAMENTE, deseaba que por algún motivo Pedri no estuviera en la cocina.

En la sala se encontraba Gavi con el teléfono.

Cuando sintió mis pasos se volteó a verme. Rápidamente se levantó del sofá y dejando su teléfono de lado se acercó a mí.

— ¿Cómo estás Ju? —pregunto suavemente.

— Bien Pab, gracias por preguntar —trate de sonreír pero simplemente me salió una mueca.

El me dio un pequeño abrazo consolandome.

— Pedri ya me contó todo, espero sepas entenderlo al gilipollas y estén bien —dijo con un poco de humor—. No pueden estar separados.

Reí levemente y me separé de el.

𝗖𝗔𝗡𝗔𝗥𝗜𝗔𝗦 | pedri gonzález ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora