➪ CHAPTER THREE

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Allí estaba Raku, caminando tranquilamente, sin ninguna preocupación. Si, estaba en un mundo que no conocía y tenía que jugar juegos mortales, porque si no los jugaba moriría, pero la vida no es justa, no podía hacer nada más que jugar. Y ya había jugado en los suficientes juegos como para no tener que preocuparse por su visa, tenía como dos semanas en su visa y 4 cartas.

Estaba fijándose si podía tomar alguna ropa de alguna tienda, necesitaba ropa cómoda y ropa para jugar.
En el momento que iba a entrar a otra tienda, pudo escuchar unos gritos de auxilio, pero los ignoro suponiendo que había algún juego cerca.

Cuando salió de la tienda tenía una gran sonrisa y dos bolsas con ropa, siguió caminando, pero su sonrisa se borró al ver a un chico encima de una chica. El chico tenía el pelo un poco largo y negro, pero no le importo a Raku, vio que había una ametralladora y ahí supo que no debía meterse.

La pelinegra trato de caminar por donde estaban ellos sin llamar mucho la atención, pero no funcionó, la chica comenzó a hablarle.

— ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Ayúdame! — suplico la chica. — ¡Basta! ¡Por favor! ¡Déjame ir! — le gritaba a aquel chico mientras lloraba y lo golpeaba.

Raku la maldijo cuando el chico volteo a verla, realmente estaba maldiciendola mentalmente. Podría ayudarla, claro, Raku no era tan mala como para dejar que violen a alguien, pero era una puta ametralladora.

— Por favor... — pidió la chica mirando a Raku. — Ayúdame... ¡Por favor!

— ¿Qué? ¿Te vas a meter? — pregunto aquel tipo mientras movía su ametralladora en forma de burla y pasaba su lengua por su labio. Raku definitivamente no quería meterse con ese tipo y rogaba por no cruzarse con él nunca.

— Uyy... — Raku inclino un poco su cabeza para ver a aquella chica mejor. — Lo siento, no es mi problema y no me interesa. — dijo Raku tratando de no mirar la ametralladora.

— No...no, no...¡No, no! — gritaba la chica llorando, mientras miraba a Raku. — ¡No por favor! — grito la chica mientras comenzaba a tirar patadas tratando de golpear al chico, pero no servía de nada.

Aquel chico sonrió de lado y miro a su víctima de nuevo, definitivamente no la ayudarían. Raku volvió a caminar y cuando estuvo lo suficientemente lejos, soltó un gran suspiro.

Sentia pena por aquella chica, muchos la podrían juzgar por sentir aquello y no haberla ayudado, pero ella no estaba obligada a sacrificar su vida por una desconocida, ni quería hacerlo.

— Que vida de mierda... — murmuro Raku mirando unos edificios. — Debí irme a China, Tailandia, Paris...cuando tuve oportunidad.

La pelinegra se sentó en un banquito que había por ahí, saco la cajita de cigarros que tenía en su bolsillo, prendió uno y empezó a fumar. La chica hizo su cabeza para atrás y miro el cielo, sentía tanta paz estando allí, sola, sin escuchar las bocinas o toda esa gente hablar alrededor de ella.
En ese momento era todo tan tranquilo que incluso se olvidó de los problemas que tuvo antes de llegar a ese lugar, todos los malos momentos, todas las veces que su mente solo pensaba en enojo y odio, todo aquello ya no estaba.

Le encantaba tanto estar sola, pero aún así sentía que algo le faltaba para que todo aquello fuese perfecto.

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Por más de que Raku intentara olvidar a la chica, no podía, pasaron unos 20 minutos y Raku estaba molesta consigo misma por estar volviendo al lugar donde vio ESA escena. Quería creer que no era tan mala persona y por eso estaba volviendo, se sentía mal por aquella chica.

𝐃𝐈𝐄𝐓 𝐌𝐎𝐔𝐍𝐓𝐀𝐈𝐍 𝐃𝐄𝐖 ⁿⁱʳᵃᵍⁱ ˢᵘᵍᵘʳᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora